Juego Zombie

Capítulo 14 Un día con Ameyali

Todo me fue bien la semana, me gusta mi trabajo, mi mamá está muy feliz de que lo tenga y más aparte está feliz porque tengo una amiga Ameyali, (aunque me gustaría que fuera algo mas) creo que mi mamá nunca había visto que en mi vida me vaya tan bien y eso nos alegra a los dos, así que decidió hacer una comida para que yo invitara Ameyali este sábado que descanso. No era lo que esperaba, pues yo quería invitarla a salir a comer pero mi mama prefirió que la llevara a la casa.

-¿Entonces si crees poder salir temprano?-

-Claro que si, pedí permiso-

-Bueno está bien paso por ti a las 4-

-Perfecto Sebas-

Me arregle, ayude a mi mamá a preparar la comida y la mesa. Todo estaba perfecto, solo faltaba ella, así que salí de mi casa y en minutos ya estaba llegando al trabajo de Ameyali, se encontraba parada frente a la entrada del juego. Alado de ella había un letrero que decía: Este viernes 3 de marzo se cumple un mes de la inauguración del Juego Zombie, los invitamos a que asistan, pues la entrada estará a 50% de descuento. No se lo pierdan.

-Tan rápido ya se cumple un mes- Le dije a Ameyali saludándola con un beso en la mejilla.

-Sí, ya casi cumplo un mes trabajando aquí- respondió sonriente

-¿Y no te aburre tu trabajo?-

-No, es divertido conversar con la gente, invitarla a entrar, es entretenido, se me va el tiempo muy rápido.-

-Oh ya veo, si conoces demasiada gente- dije con un tono celoso.

-Hasta he hecho amigos, como tú- comenzó a reír- De hecho tu eres el único amigo que hecho en este trabajo-

-¿Enserio? No te creo-

-Pues deberías- Dijo mientras hacia la parada del camión.

-¿y tu como sabes que camión tomar?-

-No recuerdas que yo fui quien te ayudo a llegar a tu casa-

-Claro que lo recuerdo, solo lo dije para ver si tú lo recordabas- dije sonriendo.

Llegamos a la parada donde bajo, caminamos a mi casa, abrí la puerta y mi mamá se paró del sofá corriendo para recibir a Ameyali.

-Mucho gusto Ameyali, soy la mamá de sebas-

-Hola señora mucho gusto-

-Pasa, siéntense a comer-

-Gracias. Respondimos Ameyali y yo.

El tiempo paso volando, pues en cuanto menos lo esperaba Ameyali ya se estaba retirando. La acompañe a la parada del camión, y no me fui hasta que ella se despidió de mí y se subió.