Lo que nunca pude decir [KEVEDD]

Aprender a olvidarte

Viernes 03 de Febrero, Mansión Goldberg

Radiante como siempre bajaba las escaleras Nath, acomodando el flequillo de su cabello color menta que siempre le ha gustado, ser diferente era una característica única de ese chico; era popular, rico, deseado por medio Peach Creek, sus curiosos ojos color ámbar seducían sin igual, el porte de un chico divertido y muy sociable, ese era Nath, así lo conocían todos pero la realidad detrás de esa mascara pintaba un aire distinto, por dentro Nath estaba lleno de soledad y confusión.

Hasta hace unos días atrás él había experimentado lo más cercano a una experiencia homosexual nada más y nada menos que con su mejor amigo Kevin, aunque Nath juro que solo era una prueba para que su amigo se animara a dar el siguiente paso con el chico que le gusta, algo en el interior del pelo menta también lo llevo al siguiente nivel, estaba comenzando a sentir algo por su pelinaranja favorito; algo que tenía que quedar como un secreto y ser enterrado en las profundidades de su corazón y para eso debía buscarse a una chica, una que le llenara de apapachos y besos, esos que tanto le gustaban a Nath.

Se dispuso a tomar el desayuno como un rey con su cereal favorito servido de la mano de su confidente y mayordomo amigo Alfred, quien lo acompañaba bebiendo un jugo de naranja frente a su joven amo, su desayuno corriente, como así lo llamaba su padre, pero que a él tanto le gustaba, Nathan no era de decorarse a la hora de la comida, con todos esos cubiertos insoportables que debía usar para cada plato, usar las perfectas etiquetas de sociedad y mucho menos comía en el comedor lo odiaba, era espacioso y muy triste para Nath, cuando podía comía en su habitación viendo alguna película pero las veces que más apreciaba era cuando se llevaba su plato a la cocina y le hacía compañía a Alfred, su mayordomo, quien siempre le cumplía todos los caprichos a su amo. Si bien los Goldberg eran una familia de un estatus alto y sus padres eran sumamente exigente con Nathan, el muchacho a solas era muy sencillo y humilde aunque un tanto altanero en el ámbito de las fiestas, pero vamos... con 17 años y una cuenta en el banco con más de siete ceros le suben el ego a cualquiera.

Termino sus alimentos y se despidió de Alfred con un sonoro grito enérgico que retumbo en aquella enorme mansión, tomo su mochila y las llaves de su hermoso Audi R8 color amarillo que lo esperaba estacionado en el garaje, camino hacia el viendo la hermosa carrocería de su pequeño bebé, como así le llamaba y dio marcha a la maquina conectando su celular al auto para poner una de esas canciones al azar, pero que justo calaron los sentimientos de Nathan.

...

If I told you this was only gonna hurt

If I warned you that the fire's gonna burn

...

El camino de su casa a la escuela era largo debido a que la zona residencial donde se encontraba Nathan estaba alejada de su instituto, no traía prisa; a decir verdad planeaba llegar tarde a propósito, la canción seguía su ritmo, él apenas podía cantarla, sintiendo un hueco en el corazón mientras su mente viajaba hasta donde cierto pelinaranja anduviera, sin duda lo estaba dejando todo en el nombre del amor.

...

Would you walk in?

Would you let me do it first?

Do it all in the name of love