"El hermano de mi prometido"
Liam y Danielle
Mi padre estaba al borde de la miseria. Al borde de la cárcel, debido a un desfalco que había realizado como contador en las empresas Payne. Haría cualquier cosa por él y solo tenía una manera de salvarlo. Debía casarme con Zayn, el hijo adoptivo de Michael Payne. Precisamente hoy, era mi fiesta de compromiso.
Esto me pasaba solo por ser alguien difícil. Zayn era un hombre muy atractivo, con facciones totalmente arábigas. Tenía la piel morena que combinaba a la perfección con sus ojos castaños. Pero cuando me había invitado a salir, lo había rechazado, ya que lo físico no me parece razón suficiente para aceptar una cita. Y además por muy guapo que fuera, psicológicamente no era mi tipo.
Fue entonces que este apareció en mi casa, con los documentos que acreditaban que mi padre estaba a punto de ser demandado por la compañía a quien había servido por años, y solo yo tenia las armas para impedirlo. Mi padre no me había dicho nada, y obviamente yo tampoco le diría lo que haría por él. Prefería que pensara que me casaba con Zayn porque lo amaba y que por eso él le perdonaría su deuda.
Llegamos a la mansión de los Payne, estaba ubicada en Grecia. Tuvimos un largo viaje, apenas yo acepté y firmé los papeles en los que se estipulaba que yo me casaría con él y fingiría ser una verdadera esposa, a cambio de que la deuda de mi padre quedara pactada. La gran casa tenía un estilo muy clásico, y por ende era muy espaciosa. Parecía un antiguo palacio griego.
-Recuerda que debes actuar como si estuviéramos enamorados –Me dijo Zayn, cosa que sonó más como una orden que como un recordatorio.
-Como quieras -le respondí con indiferencia.
Zayn me trataba con indiferencia y frialdad. Yo era más para él una especie de trofeo, un capricho que alguien a quien él quisiera.
Entramos a la gran y exorbitante reunión que había organizado la madre de Zayn, Mary Payne, de la mano, como una típica pareja joven y enamorada. Le puse mi mejor sonrisa y fingí estar enamorada. Pero me resultaba bastante difícil, ya que jamás, en mis 20 años, lo había estado.
-¡Eres más bonita de lo que Zayn me había contado! -Me saludó su madre con gran entusiasmo, se notaba que era una mujer sencilla y buena.
Zayn me había obligado a usar un vestido de diseñador. Era largo, vaporoso y de color coral. Algo que yo jamás hubiera elegido. Él llevaba un smoking negro, que estaba hecho a su medida.
-Aunque creo que es muy pronto, me emociona que uno de mis hijos vaya a casarse -Expresó Michael mientras estrechaba mi mano.
Zayn era menor que el hijo natural de los Payne. Sus padres, que eran grandes amigos de esa familia, murieron en un confuso accidente automovilístico. Mary y Michael, lo acogieron como si realmente fuera su hijo, cuando este llegó a sus vidas a la corta edad de 3 años. Antes de morir, le habían dejado un ostentoso fideicomiso, el cual estaba condicionado a que el debía casarse antes de cumplir los veintisiete, o de lo contrario los millones de dólares destinados a él serían donados a la caridad. Estaba cercano a cumplir los 26 y por eso, era de extrema urgencia poder cumplir aquella condición y última voluntad de sus padres. Pero la razón más importante era poder estar por sobre su hermano mayor, Liam, ya que a pesar de que los Payne lo trataron siempre como a su hijo, Zayn siempre se esforzó por ser más que Liam.
Liam, de 29 años, según había leído en la prensa amarillista, lo que Zayn me contaba y lo que yo misma había experimentado hace dos años, era un hombre mujeriego, extremadamente guapo, con una inteligencia insuperable y un completo as en los negocios.
Cruzamos la gigantesca sala de estar saludando a la gran cantidad de invitados, a quienes, por cierto, no conocía para nada. Zayn se quedó conversando con unos colegas, entretanto yo llegaba al otro extremo del lugar. Salí de la multitud y tropecé, pero unos brazos frenaron mi caída y me encontré frente a frente con un hombre, al que reconocí inmediatamente. Era alto, de cabello castaño claro, corto y perfectamente peinado, tez clara y grandes ojos marrones que combinaban a la perfección con su traje en tonalidad gris marengo.