¿Querí un turrón?

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Por fin habían terminado las clases y tras despedirme de mis panas, me fui al paradero. Iba re piola hasta que sentí como alguien caminaba atrás mío, y bueno, era el ruliento.

¿Se iba a hacer una rutina esta wea? Porque no me creo capaz de soportarlo.

¿Por qué te cae mal o por qué te mueve el piso? Cállate vo.

—Oye, Luchín... —empezó a decir, pero lo corté.

—La verdad es que no tengo ganas de hablar ahora mismo. —respondí algo tajante, a lo que después me arrepentí, si igual el weon no me había hecho nada malo.

Yo y mis anger issues si por.

Parecía que quiso decirme algo más, pero justo pasó la micro, así que me subí rapidito para saltarme el torniquete después de pedir permiso y después sentarme en mi habitual asiento de atrás al lado de la ventana.

Empecé a buscar mis audífonos, pero fue ahí cuando recordé que se me quedaron en sala. Ya eran las weas, me las van a robar aunque estén llenas de patos.

El ruliento no perdió el tiempo y se sentó al lado mío. ¿De verdad va a ser así todos los días?

—Oye, Louis... —empezó a decir, pero se calló al sentir como suspiré.

—Ya mira, no porque seamos compañeros de curso y vayamos en la misma micro todos los días tenemos que ser amigos, ¿ya? Está claro que no congeniamos mucho. —dije mientras llevaba mi mirada a él y oh conchetumare, por qué me estai mirando de manera tan intensa.

—Es que yo no quiero ser tu amigo po, Luchín —eso provocó la confusión en mi rostro.

—¿Entonces qué querí de mí?

—Es que tú me atraes, Louis. —abrí mis ojos así pa la cagá, qué wea está pasando—. Y voy a tratar de que acabes sintiendo lo mismo por mí, te lo aseguro.

—Ya mira rulitos, no es por ser pesado porque igual eri mino y la wea, pero yo soy hetero. No me va esta wea. —dije y el weon se rió.

—Esa wea no te la creí ni tú. Pa qué, si igual me encontrai mino.

Quedé pa dentro después, le había acabado de admitir que sí, lo encontraba mino y más encima me quedé callao después. El silencio otorga dice mi mami.

Pero el silencio culiao fue tan notorio que se escuchó como me crujía la guatita. Claro po, si no comí ni una wea en el almuerzo. Y ahí pasó la tía de los turrones, pero justo hoy andaba pato.

Y puta, parece que mi guata sonó tanto que el ojitos verdes se dio cuenta.

—Oye... ¿querí un turrón?

—¿La dura?

—Obvio po, si estai cagao de hambre, no comiste ni una wea en el almuerzo. —se aclaró la garganta y le chifló a la tía de los turrones—. ¡Oiga tía!

La tía se acercó a nosotros y nos sonrió.

—Dígame mi niño, ¿quiere un turrón? —preguntó, a lo que Harrito asintió.

—Sí porfa, me da dos. —la tía nos pasó los turrones y el ruliento le pagó.

—Se ven bonitos ustedes dos chiquillos, ojalá duren harto.

—No tía, nosotros no... —ni me pescó y se fue.

¿Nos verán ojitos de corazón o alguna wea? No cacho.

Miré al Harry. —Gracias, rulitos.


listeirlor este también, espero les guste <3

turrón → larry chilensisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora