Momo se encontraba ensayando en la sala de prácticas la nueva coreografía para el comeback que ya se acercaba, para las demás miembros de TWICE era totalmente normal que la japonesa se quedara hasta altas horas ensayando y nadie sospechaba la verdadera razón por la que realmente se quedaba en ese lugar. La verdadera razón era una bella chica con la que salía ya hacía varios meses: Mina. El problema no era realmente que aquella chica durmiera en la misma habitación que su ex Nayeon o que a Momo le costara no demostrar su afecto en frente de las demás, no. El problema era que últimamente Mina salía durante toda la noche y regresaba como si nada por la mañana, al principio Momo no sospechaba nada, pues a veces las miembros necesitaban darse un respiro de las demás pero estas salidas cada vez se hacían más frecuentes y comenzó a preocuparse.
Un día la rubia decidió preguntarle porque no podía con la duda. Momo odiaba sentirse preocupada y con temor decidió enfrentarla. Se encontraban en un pequeño descanso recostadas sobre un viejo sillón en la sala de prácticas, las demás habían salido porque decidieron darles privacidad. En realidad ya sospechaban la plática que tendrían y se morían por saberlo, no era normal que Mina saliera, y menos toda la noche, pero nadie se atrevía a preguntar pues aquella chica podía llegar a ser demasiado fría.
Momo atrapó entre sus brazos a la menor y le acarició el cabello.
Eres tan hermosa. Acto seguido se pudo escuchar la risa nerviosa de Mina, ella no estaba acostumbrada a los halagos y cualquiera podría darse cuenta de ello por el sonrojo nada discreto de la chica.
Tú lo eres más. Susurró avergonzada y Momo sonrío, le encantaba que Mina fuera tan tímida.
Lo sé, sólo mírame. Se acercó a su rostro y le plantó un pequeño beso casto, se separó rápidamente, las demás podrían llegar en cualquier momento y tenía que apresurarse. Mina, tengo que preguntarte algo.
Dime.
¿A dónde sales? ¿Qué haces toda la noche? Momo pudo sentir como la menor se tensaba en sus brazos y se separaba lentamente. Se colocó frente a ella y la miró nerviosa.
Yo...desvío la mirada y clavó sus ojos en el piso. Sólo...voy por ahí.
Momo frunció el ceño, Mina no le estaba diciendo la verdad y le estaba contestando a medias. Cariño, puedes decirme lo que pasa. Tomó la mano de la pelirroja y la acarició, por fin Mina decidió mirarla a los ojos.
Eso es lo que pasa, sólo salgo por ahí, es todo. El tono de voz de Mina había salido de una manera más dura de lo que la dueña esperaba y trató de arreglar sus palabras, Momo solía ser bastante sensible. Es sólo un paseo de medianoche.
¿Entonces puedo acompañarte? Después de todo sólo es un paseo. Mina sintió ganas de huir de ahí, Momo no podía descubrir la verdad.
No. Dicho esto soltó la mano de la rubia y se fue del lugar.
Momo no podía creerselo, Mina nunca le había ocultado nada, sus citas siempre consistían en paseos y no le veía nada de malo en que la acompañase. Ahora estaba segura de dos cosas:
1. Mina ya no confiaba en ella.
2. La estaba engañando.
Tal vez la segunda sonaba demasiado extremista, a Mina le había costado una eternidad "entregarse" a Momo. Para su primer beso habían tardado dos meses por la timidez de la contraria y ni loca podías imaginar a la pelirroja enrollándose con otra persona.