cinco | f i n a l

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Es increíble de pensar que aún, sin una gota de alcohol en el organismo, el cuerpo, la cabeza y todo aquello que componía a Byun Baekhyun doliese como los mil demonios.

Lo primero que visualizó al despertar fue un techo de color blanco, parpadeando un poco se fijó que habían cortinas de color beige, una mesita de noche, y cuando por fin logró erguir su dolorido cuerpo, se dio cuenta que toda su ropa estaba en el piso, para ser más específico, su pantalón estaba en la entrada de la habitación, sus zapatos en dos direcciones diferentes, y su bóxer por Dios, ese estaba colgando de la lámpara apagada.

No se veía su camisa por ningún lado.

—Mi Dios del cielo —rumió muy bajito, mirando debajo de sus sábanas para reparar que estaba como Dios lo trajo al mundo, además de que la zona de su pelvis tenía una exagerada y obscena cantidad de puntos púrpuras y rojos, de hecho no era la única zona afectada.

—Es demasiado temprano para que estés de religioso, además no es domingo, no hay que ir a misa. Ya duerme.

Baekhyun cerró los ojos cuando las primeras palabras resonaron en su oído, pero no pudo evitar la conmoción que supuso darse cuenta en qué lugar estaba, y en qué situación había parado. El culo de Kyungsoo, igualmente marcado por puntos púrpuras y marcas de dientes, fue lo primero que observó al girar su cabeza a la izquierda; su compañero se mantenía boca abajo con ese trasero respingón, esa piel besada por el reciente sol veraniego y el camino de lunares negros en aquella espalda ancha.

Se acordó que durante la madrugada había arañado esa piel hasta que se corrió, hasta que retomó la faena y se volvió a correr. Baekhyun no tenía excusa para tal comportamiento salvaje, bien podía decir que había sido el tiempo en abstinencia, viviendo de sus manos (y uno que otro dedo), podía decir que le había costado un mundo ignorar las diligentes manos de su ex, y mucho menos la dureza que le restregó contra el trasero, podía decir eso y mucho más, pero la verdad era otra.

—Ya le estás dando un millón de vueltas a la situación —siseó Kyungsoo, aún sin abrir sus ojos o moverse.

Baekhyun había anhelado a ese hombre de punta a punta, no podía adjudicar sus ganas a otra cosa más que el deseo que mermaba de él por volverlo a tener cerca íntimamente, tan cerca como en la madrugada.

—Es que, no puedo creer lo fácil que fui —pronunció, enterrando su cara en sus manos—. Tenía que ser más resistente, no dejarme tentar. ¡Esto todo es culpa tuya!

Escuchó la leve sonrisa de Kyungsoo, no la malideosa o la sardónica y pícara, más bien, esa que se hacía presente en el pasado, más como cariñosa y dedicada, y si le tranquilizó un poco pero no levantó el rostro de la manos por vergüenza. Seguía desnudo, Kyungsoo seguía desnudo, habían dormido juntos.

Y más importante. ¿Dónde estarán Jongdae y Chanyeol?

—No te considero para nada fácil, sabes —explicó, Baekhyun lo sintió acercarse lentamente hasta él, peinándole el pelo rebelde—. Simplemente pasó lo que tanto tú como yo queríamos, y qué bueno, porque realmente te extrañaba y me estaba volviendo loco.

Baekhyun alzó el rostro rápidamente y no le importó revelar lo muy consternado que estaba, lo atontado que las palabras le habían dejado.

—No quiero que esto sea de esta forma, Kyungsoo —dijo, armándose de valor—. Esta etapa de amor de verano la quemé hace mucho, es decir, ¿no fue por esto que terminamos? —preguntó, aunque era algo meramente retórico—. No te voy a negar que sí, me gustas, aún te quiero como antes, y he intentado tener novios para olvidarte, pero no ha funcionado y ahora regresas, en un verano, siento que caigo nuevamente en un círculo vicioso. No quiero seguir adelante con esto y que cuando se vaya el verano también te vayas tú.

Baekhyun nunca había sido tan sincero en su vida, sentía un peso menos pero al mismo tiempo una opresión en el pecho, sus palabras no cambiaban los hechos o la historia, sólo alivianaban su corazón.

—¿Terminaste? —inquirió un estoico Kyungsoo, Baekhyun rodó los ojos.

Kyungsoo se levantó de la cama y dejó a la vista del sol y la mañana su anatomía desnuda y marcada, sin pudor alguno caminó por su habitación hasta toparse con una bata, y una vez se hubo puesta en su cuerpo, se volteó con una sonrisa.

—Busan es increíble, sabes —siseó, gateando por la cama—. Lo tiene todo, pero le falta algo. .

—¿Qué...? —Y es que no se lo podía creer, ¿cómo es que luego de dos años seguía haciéndolo sentir así? Con el estómago teniendo una orquesta de mariposas.

—He decidido probar suerte aquí, ¿no se te hizo extraño que tuviera ya un apartamento en lugar de pasar mis «vacaciones» en casa de mi tía? —Baekhyun tenía la boca abierta, Kyungsoo aprovechó para apretarle un muslo y besarlo—. Así que puede que tengas que soportarme, otoño, invierno.... Y muchas otras estaciones más, no sé si te apetece la idea, a mí me encanta. Piénsalo bien, estaré en la cocina preparándote un delicioso desayuno. Después podemos hacer el amor en el mesón, me fascinaría, no sé a ti.

Con la sarta de palabras dichas en menos de cinco segundos por Do Kyungsoo, y habiendo salido de la habitación sepultándolo todo en un intrépido silencio, Baekhyun sonrió y resolvió que efectivamente lo que quedaba de verano iba a ser aún más caliente y que posiblemente el resto de la estaciones también lo serían.

Claro, mientras tuviese a Kyungsoo para poder disfrutarlo.

—¡¿Todavía te sigue gustando el café con dos de azúcar??! —preguntó Kyungsoo desde la cocina.

Y justo cuando iba a responder que sí, que eso no había cambiado, par de voces se le adelantaron.

—¡Echale todo el azúcar que tengas!

Chanyeol y Jongdae, casi se le había olvidado que existían.

🌞🌞🌞

Se acabó el pan de piquito 🌝

Espero realmente que este Baeksoo atrevido y calentón les haya gustado.
Lo hice con mucho amor para una persona especial que estuvo de cumple y que adora esta otp.
Sool_San este baeksoo no tiene 100k pero i love you 💓

Hot Soommer → Top!SooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora