Capítulo 2

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Lunes 22 de octubre del 2012. 06:00.

La alarma sonó y no pudo seguir durmiendo. Estaba cansado; todo el domingo estuvo ayudando a su padre a desempacar, comprar despensa, arreglar y hacer aseo. El señor Ángel les había ofrecido contratar a una mujer que hiciera la limpieza, pero Gustavo había insistido en que ellos lo harían.

"Claro, como él no comienza a trabajar hoy, puede quedarse echado como res todo el día". Vio la ventana que daba hacia la casa de las gemelas. "Dios mío, estoy tan cansado y no quiero ver a esas niñas hoy...".

Se levantó y abrió su nuevo armario, encontrándose con toda su ropa bien ordenada. Sonrió; estaba orgulloso. Tomó su nuevo uniforme y se lo puso lo más rápido que pudo.

— Esta cosa... está horrible.— dijo mientras se ponía el pantalón

Cuando estuvo listo, fue directo a la cocina y tomó un yogurt del refrigerador. Estaba nervioso porque era su primera vez en una escuela privada, su anterior escuela no tenía uniforme... se sentía como en la secundaria.

— Espero tenga buenas instalaciones. Mi padre no está pagando una miseria.— apagó las luces del departamento, tomó sus llaves, y salió a lo que era su patio.

Era muy extraño caminar de su patio a una puerta más adelante, que lo llevaba a una casa, que lo llevaba a una puerta, que lo llevaba a un patio, y eso, a la calle. Y más que extraño, tedioso. Esperaba acostumbrarse pronto.

Cuando cruzó la puerta de cristal corrediza, que conectaba el patio trasero con la sala de la casa de las gemelas, ya con su uniforme, se encontró con una de ellas bajando las escaleras.

— Buenos días.— saludó sin llamarla por su nombre, pues no reconocía bien quién era.

— Buenos días.— contestó.

Y, después de eso, supuso que era Maya, pues no le había dedicado ni una sonrisa y se había ido directo a la cocina.

"Esto es estresante". Suspiró y siguió caminando a la puerta principal.

Justo cuando la iba a abrir, se encontró con la voz de la otra chica detrás de él.

— ¿A dónde vas André?— le preguntó con una mirada angelical.

— ¿Mónica?— quiso asegurarse, y la chica asintió — Ah... voy a la escuela.

— No te preocupes, mi padre nos llevará.— Mónica tomó su mano y lo llevó hasta la sala, para sentarse en lo que llegaba el señor Ángel — Y... ¿te gusta tu nueva casa?— le preguntó sonriente.

— Claro. Es... muy acogedora.— contestó inseguro.

— Qué bien.

Después de unos minutos, vio a Maya salir de la cocina y dirigirse a la puerta principal.

— Ya me voy.— dijo indiferente, y salió de la casa.

El castaño la miró extrañado y se volteó a Mónica.

— ¿Ella no va a esperar a tu papá?— señaló la puerta por la que había salido su hermana.

— No, nunca lo espera. Dice que llega en diez minutos y que es un desperdicio de tiempo esperar a que mi padre esté listo. — rodó los ojos.

Unos minutos después, el padre de las gemelas bajó apresurado por las escaleras y subieron rápidamente al auto.


Lunes 22 de octubre del 2012. 06:38

Maya llevaba la mitad del camino hacia la escuela, estaba por llegar.

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⏰ Last updated: Mar 27, 2017 ⏰

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