Capítulo tres

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No veía nada, me pusieron unas gafas oscuras. Solo veía una pequeña luz y varias sombras encima mío... ¿Pero qué mierda?

Al parecer estábamos lejos del hotel... Es como si ni me hubiese enterado que nos fuimos a mi casa. La cama negra... Sí, mi casa.

Me habían atado. Como si nada. Solo estaban ellos. Quería morirme. Están desnudos. Cada uno con su asunto al aire. Vamos bien... Solo veía sombras. Los cuatro matándose a pajas. Para flipar.

Eros me subió la camiseta con una pistola pasando por mi piel... Joder. Me tocó una teta y se escuchaban castañuelas. Se vino.

Areu me bajó el pantalón y me sacó la parte de arriba. Notaba los movimientos de todos... Solo ellos. Me tocó las dos tetas y me las apretó... Bff... Me lamió hasta el coño. Se vino. Yo no podía hacer nada.

Mirt se me acercó... Le cambiaron los ojos, los tenía como estrellas. Se puso encima... Se hizo una paja y se corrió en mis tetas. Me tocó el clítoris.

Elián no sabía qué hacer.

- Está buena, pero no quiero aprovecharme... Que la obligues a que sea violada me parece mal, Eros.

Eros le empujó hacía mí. Cayeron sus manos en mis tetas. Las apretó y su cabeza en mi coño... Puta madre... Tenía miedo.

Todos se corrieron.

¿Por qué yo? Y luego ni me iba a acordar. Y lo sabía... Me drogó con la inyección y la pastilla era para ser sumisa.

- ¿Puedo morirme? Por favor... - supliqué.

- ¿Quieres morir? ¿Eliges la muerte? - preguntó Eros.

- ¿Eh? No elijo nada, solo quiero morir.

Me apuntó con su pistola a mi barriga. Me puse de rodillas aunque con las esposas en mi espalda.

- Buena chica... - me acarició la cabeza como a los perros... Nudillos rompiéndose poco a poco. Se escuchaba.

Miré arriba y al frente y ví a Areu acercándose... Le metió una paliza. Se metieron todos... Pelea.

Eros se defendió de la hostia en su cara con su brazo, que hizo que Areu cayera al suelo. Elián le metió una patada en los huevos a Eros y Mirt pegó un puñetazo en toda la barriga a Elián. Eros y Mirt versus Areu y Elián. Poco a poco se formó un humo que ya no veía quien ganaba en esa pelea de putas. No podía ir normal, pero me iba acercando caminando con las rodillas (aún llevo las esposas).

Cuando me metí para apartarles... Recibí tanto que sangraba hasta por la barriga. Me han cortado. Y con un golpe en la cara me dejaron...

Bastante mal.

- ¿Y ahora qué? - dijo Areu.

- Al hospital... ¿no? - preguntó Elián. - Eso os pasa por ser tan hijos de puta. Eros, sobre todo tú. Si te puedo matar, lo haré. Palabra mía.

Me sacaron las esposas, fue lo último que noté antes de no poder sentir nada. En coma.

*Narrado desde el subconsciente de Aneu.*

No sé dónde estoy, no me puedo mover. Ni hablar, ni escuchar. Solo puedo imaginar o morir.

¿Cuánto estaría así? ¿Una semana? ¿Tres meses? ¿Un año? ¿Me moriré? ¿Viviré? ¿Habrán más caminos a parte de la vida y la muerte? Nunca lo iba a saber. Solo sé que ahora no podía despertarme hasta que me curasen, o no.

Areu Juned... Elián Bluke... Eros Becker... Mirt Porks... Todos tienen una característica especial, como si fuesen personajes de videojuegos de rol, donde tienen un destino, una marca, algo que los hace diferentes del ser humano... Aún no lo entiendo.

Veo... Una luz. Como el final de un túnel. Cada vez más cerca... Y llegué. Era un lugar solo de tierra con un palo que sujetaba con clavos cuatro direcciones. Cuatro destinos. 

¿Dónde voy primero? ¿Y dónde acabaré?


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