Una vida a tu lado (JeanxMarco) ©.

4. Tres largos meses parecen tres largos años.

Jean's POV.

Habían pasado ya tres largos meses desde que Marco se había marchado, y a cada día que pasaba, su falta me angustiaba más. Era un egoísta. ¿Qué sería ahora de mi pequeño amor con pecas? ¿Qué le depararía el destino a un chico indefenso con casi tres meses de embarazo? Todo era mi culpa. Culpa de mi egoísmo. Si tan solo hubiera sabido apreciar lo que tenía... Ahora me siento en una completa soledad permanente donde no tengo al amor de mi vida, ni a la criatura que espera. Por algún motivo, me he enamorado de ese pequeño feto al tenerlo lejos. Me preocupo por él y por Marco. Por como será la salud de ambos ahora, o simplemente como lucirá Marco. A los tres meses su vientre ya estaría ligeramente abultado. Todos esos pequeños detalles del embarazo de mi amado que no había sabido apreciar los apreciaba ahora que los había perdido. Me provocaban ternura, en vez de náuseas. Solo rogaba poder tener noticias de ambos. Ya ni siquiera salir con mis amigos me hacía sonreir. Marco era el dueño de mis pensamientos.
- Oi, Jean, no puedes seguir así. Tienes que olvidarlo. ¿Y si él no vuelve? ¿Vas a pasarte la vida sollozando?
Las palabras de Levi sonaron duras y secas, como casi todo lo que el muchacho de cabello azabache y ojos grises decía, pero yo no quería aceptarlas. Cierto era que mi actitud en el momento no era la adecuada, ellos se divertían al volver de alguna salida, yo ya ni siquiera podía oler la cerveza. Me empeñaba en hechar la culpa al alcohol ingerido aquella noche, pero en el fondo sabía que era solo mía, que no había sido un desliz provocado por aquel fluído. Ya no rendía tanto como quisiera en el cuerpo. Antes me preocupaba la seguridad del pueblo, ahora solo de la de dos personas que habitaban allí. En una de las excursiones fuera del muro salí herido. Podría haberme defendido, pues mi entrenamiento y mi fuerza me lo permitían, pero la verdad, no quería. No tenía fuerzas, pero justo cuando ya había visto cercana mi muerte, Levi se deshizo de mi enemigo.
- ¿Estás loco, Jean?
- Déjalo, Erwin. No lo machaques más.- dijo Eren levantándome del suelo triste.
- Jean, tu brazo, estás herido.
Me miré. Tenía un corte profundo y grande a lo largo de mi extremidad superior izquierda. - Tranquilo, Armin, es solo un rasguño.- afirmé tapando la herida con un trozo de tela roto de mi camiseta.
- Vamos, te curaré.
- Oi, Eren, he dicho que estoy bien.
- Puede acabar infectándose.
- No importa, ya me lo curaré yo cuando llegue a casa.
- Jean.- una voz potente sonó detrás de mí. Era Erwin, que me miraba serio ya subido a su corcel blanco, que tenía el mismo porte que él. - La situación se nos está yendo de las manos y no me queda otra opción que ponerme serio contigo. Como amigos tuyos, hemos hablado sobre tu situación. Y está decidido. A partir de ahora Eren y Levi te acojerán en su casa.-
- ¿Qué? No haré tal cosa.
- Es por tu bien, Jean.
- ¿Por mi bien? Mi casa es lo único que me queda de Marco...
- Lo entiendo, pero lo que has hecho hoy me ha hecho ver claro que necesitas esto. Tienes que olvidar el pasado.
- Pero, Erwin...
- No, ya no te hablo como tu amigo, si no como tu superior y me temo que si no me obeces tomaré mis medidas. Estarás fuera del equipo hasta que te recuperes.
Yo estaba frustrado. ¿Por qué tenía que ser así? No podía hacerme esto. -Eso es injusto. Sabes que esto me importa y si me lo quitas...ya no me quedaría nada.- supliqué. - Entonces, haz lo que te pido, o de lo contrario me veré obligado a hacerlo hasta que estés estable. - sentenció con la voz más imponente que le había oído jamás en todos los años que teníamos de amistad. Parecía un Erwin que yo no conocía. Mis ojos comenzaron a aguarse y Eren tomó mi antebrazo: - Lo siento, Jean, lo hacemos por tu bien. Ahora pongámonos a salvo.- Levi me subió a su caballo ya que con mi brazo así me veía incapaz de controlar a mi corcel. Eren ató a mi compañero de batalla al suyo y hasta que salimos de la zona no paramos de galopar. Ahora, Marco me había abandonado de verdad...