U N O

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La gente corría en una sola dirección desesperados, alerta, asustados, como si fueran un tumulto de ganado que se dirigía, contra su voluntad, al matadero

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La gente corría en una sola dirección desesperados, alerta, asustados, como si fueran un tumulto de ganado que se dirigía, contra su voluntad, al matadero. La policía, desde sus patrullas y con megáfonos, rogaba a los ciudadanos calma y orden, pero cada persona parecía más centrada en su tarea de huir sin importar nada o nadie a su alrededor.

Atrás de todo el gentío, donde la escolta policial era escasa y solo adultos mayores que fueron dejados en el olvido avanzaban a paso lento, se encontraba Nathaniel Kurtzberg, un chico pésimo en ciencias, educación física y, probablemente, todo en general, y que de lo único que podía jactarse era de su nato talento para dibujar.

Pero ahora el joven artista, mientras intentaba seguirle el ritmo a la turba, buscaba entre las docenas de hojas con rostros y lugares plasmados con lápiz en su mochila un algo en específico, tiraba lo que le estorbaba y parecía inútil en ese momento, lápices, cuadernos y libros de la escuela, incluso llegó a pensar en desechar su celular pero terminó regresándolo a la mochila por mero apego material. Alzó la vista percatandose de lo muy atrás que se había quedado, ya no distinguía a ninguno de los compañeros de clase con los que había huido, pero no pudo importarle menos. Volvió a sumergir su atención en la mochila y tomo su cartera, siendo el único lugar en el que no había buscado.

La tomo admirando el diseño verde con negro que tenía y el llavero con una catarina colgando por el cierre, realmente era un fanboy de los súper héroes. Abrió y rebusco en el interior, había algo de dinero pero no era lo que buscaba. Suspiro dejando sus músculos laxos por el pesar que le causaba no haber encontrado lo que buscaba, poco duro ese momento al recibir un empujón por la espalda que casi le hacía caer pero, por suerte, logro mantenerse.

— Niño, te quedarás atrás si sigues ahí de pie. — Le informo un hombre regordete que parecía haber salido de la cama hacía pocos minutos.

— Claro, ya lo sé. — Murmuro en respuesta. El adulto bufo con molestia y continúo su camino mascullando por lo bajo mientras batallaba al caminar con sus pantuflas animal print.

Nathaniel se quedó quieto unos segundos más, enumerando los pros y los contra de volver a su casa; En ese momento la situación por la que pasaba París parecía manejable pero ¿y si se ponía peor y no podía nunca más recuperar aquello?

Su cuerpo se movió solo y cuando fue consciente de sus actos ya se encontraba corriendo en dirección contraria a la que evacuaban. Avanzaba por las calles evitando a toda costa encontrarse con alguna clase de autoridad que le obligara a volver, evadía oficiales, militares patrullando e incluso se ocultó del coche de su maestra de ciencias quien parecía haber salido recién del colegio. Necesitaba llegar a su casa y conseguir esa fotografía, no podía permitir que el disturbio que causaba una nueva víctima akumatizada lo hiciera perderla.

Llego a la zona residencial, lo supo porque los grandes edificios comerciales dejaron de alzarse imponentes varios kilómetros atrás y ahora parques pequeños aparecían cada diez manzanas sin falta y el aroma hogareño impregnaba el aire pero eso no evitaba que, con cada paso que daba, se cansara más. No estaba acostumbrado a correr pero incluso si tenía que esforzarse el doble de lo que normalmente hacía recuperaría esa fotografía.

París en crisis【Adrien x Nathaniel】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora