Reigen volvió de la cocina con una taza caliente para el chico que miraba televisión en su sala bajo una manta.
Leche… Su preferida. A Shigeo le subió un ligero sonrojo de gusto cuando se la dió.
-Cuidado: está caliente - le advirtió, sentándose a su lado.
El chico estiró sus labios para soplar un par de veces antes de llevársela a la boca.
-¡Ah! Espera…
Reigen se levantó y se apresuró de vuelta a la cocina. Regresó en un santiamén y soltó una barrita de chocolate dentro de la leche caliente. Shigeo sonrió y esperó unos segundos a que el chocolate comenzara a derretirse para dar el primer sorbo.
Tan cálido… Tan dulce…
Despegó una de sus manos del calor de la taza y la llevó a su abultado vientre.
Reigen retiró un poco la manta con que el chico y abrigaba y lo miró.
-Está más grande…
- ¿Crees que esté bien?
- Sí. Porque tú lo cuidas - le sonrió.
Llevó una mano a su pecho y bajó lentamente la cremallera de su chaqueta. Metió una mano debajo de su ropa…
Y es que el chico había llegado a su puerta desesperado.
-¡Maestro! ¡Tiene que ayudarme! - le había dicho.
- ¡Mob! ¿Qué pasa?
- ¡No pude hacer nada!
- ¿Qué sucedió? Tienes que tranquilizarte. Cuéntamelo bien.
El chico le mostró sus brazos. Traía en ellos una llamita verde.
-Hirieron a Hoyuelo. No sé qué le pasa, ¡no se despierta! - sollozó.
Shigeo se había involucrado en otra batalla de las que ya no eran tan raras. No le importaba salir con algunos magullones las veces que fueran necesarias, pero cuando lastimaban a sus seres queridos se sentía perdido.
El espectro yacía inerte, con los ojos cerrados. Etéreo y tangible a la vez, ardía suavemente, pero sin ninguna reacción.
-Lo encontré así. Intenté de todo, pero no despierta. Le di mi energía, pero tampoco reacciona.
- ¿No está…? - se preocupó, pero se abstuvo de pronunciar la palabra “muerto” delante del chico, que ya bastante afligido estaba.
- Es un espíritu. Si lo hubieran exorcizado, hubiera desaparecido -explicó. -Creo que se está haciendo más pequeño… -agregó preocupado.
Si Mob no sabía qué hacer, entonces Reigen tampoco. Lo único que se le ocurrió proponer fue darle calor y esperar a que se recuperara solo.
Reigen metió las manos dentro de la chaqueta del chico y tomó al espectro en sus manos.
-No te sientas mal, Mob -lo tranquilizó. -Te conseguiré un espíritu nuevo. Éste ya no nos sirve - lo arrojó sin cuidado al aire.
- ¡¿TAN PRONTO PENSABAS DESHACERTE DE MÍ?! - protestó el espíritu ofendido, sacudiendo los puños.
- ¡Hola Hoyuelo! Me alegra que ya te sientas mejor - lo saludo con simpatía, ocultando su pequeña malicia.
El espectro se dió cuenta de lo que había hecho: había caído justo en la trampa de Reigen.
-Hoyuelo…
Se asustó cuando el esper le puso una mano encima.
-Me alegro tanto… -lo apretó en un cálido abrazo. No quería pensar en perderlo de nuevo.
-Aaaaaww….A-Ah, Shigeo, no tan fuerte… ¡¡Shigeo!! ¡¡Estás apretando mucho!! ¡Aaaaah!
- No vuelvas a hacerlo -lo amenazó entre dientes.
Hoyuelo logró zafarse del estrangulador abrazo.
-¿Cómo se te ocurre asustarlo así? - lo regañó Reigen.
- ¡Lo siento! Sí me había desmayado, pero luego quise quedarme un rato más así -se justificó.
El espíritu descendió suavemente y se recostó en el regazo del chico. Éste lo rodeó con sus.manos, haciéndole nido.
-Serás una buena mami algún día - le sonrió plácidamente mientras cerraba los ojos para descansar un rato.
- ¿Eh?
Reigen sólo se rió, y pasó un brazo para posarlo en el sillón, detrás del chico.
Fin.
Y ahí está. Sé que no es mpreg hecho y derecho, pero al menos una tierna situación “familiar”.
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Dulce espera
Short StoryUn pequeño realato para @aniiemacmuffin, que me puso ojos de cachorro para que escribiera mpreg.