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Nota: los personas de SAO y SAO: OS no me pertenecen, pertenecen a Reiki Kawahara yo solo hago uso de ellos, en una historia completamente hecha de mi autoría, por el hype que me produce ver el trabajo canon

Reconciliation

─ ¡Nos vemos Asuna!

Por respuesta la recién nombrada extendió su mano, agitándola de lado a lado por encima de ella, y sonrió con optimismo a su mejor amiga de cabellera castaña obscura que se retiraba junto a otra pequeña de coletas, ambas con dirección a sus casas. Era una ventaja que ambas viviesen hacia el mismo lado, así siempre se acompañaban, al verlas caminar juntas sintió una leve punzada de celos al ver lo unidas que eran pero la desecho rápidamente pensando que era una tonta.

Acababa de terminar un evento planeado de Ordinal Scale, el juego que hasta hace unos meses había sido el de moda, en el cual sus recuerdos habían sido arrebatados por el inventor del aparto que traía en ese momento puesto en su cabeza. Desde el incidente no se había conectado de nuevo, había preferido regresar a ALO donde estaba el viejo Aincrad; a disfrutar del juego en línea, pero había una cierta cosa que la molestaba y no podía estar tranquila. El capítulo en su vida referente a Ordinal Scale aún no estaba cerrado, había una cierta cosa inconclusa que no la dejaba estar en paz. Por esa misma cosa, desde hace tres días había estado participando en eventos de Ordinal Scale con sus mejores amigas, apenas su madre le había levantado el castigo impuesto por irse una noche entera con su recientemente adquirido prometido, esta vez los eventos no incluían a algún boss de Aincrad si no a monstruos originales creados por el nuevo dueño del juego, de hecho, los eventos se habían diversificado hasta incluir misiones de búsqueda y rescate o búsqueda del tesoro.

Girando sobre su eje comenzó a ver con atención a todas las personas que quedaban en el área mientras desactivaba los ropajes propios del juego para quedarse con su sencillo minivestido amarillo y suéter azul, como había salido deprisa de su casa al ver la posibilidad de participar en un nuevo evento, no le dio tiempo de cambiarse por algo más apropiado. Buscaba frenéticamente algo, o más bien a alguien, que era la razón por la que estaba realizando entradas a la plataforma de Ordinal Scale. Estaba segura de que lo había visto mientras luchaba, rezagado en su posición de outsider, preparado para entrar a la batalla si las cosas se ponían difíciles pero negándose a participar en caso contrario. Comenzó a desesperarse cuando ya no pudo divisarlo, enfoco mejor su vista para poder captar cualquier leve sospecha de verlo y con su mano derecha frotó la brillante piedra del anillo que portaba en su mano izquierda como forma de tranquilizarse a sí misma.

Cuando estaba a punto de rendirse; diviso su alta silueta entrando a un obscuro parque cerca del lugar, no estaba segura si de verdad se trataba de él pero tenía que comprobarlo, tan concentrada estaba en su objetivo que fue incapaz de notar las miradas de apreciación cargadas de lascivia que recibía de los demás participantes masculinos del evento al verla correr mostrando levemente su figura, tampoco notó a otra mirada acerada cargada de ira mal disimulada que veía toda la escena con atención y se apresuraba a seguirla, lanzándole dagas con la mirada a los demás espécimenes masculinos.

En el momento en que la chica de cabello mandarina se encontraba ingresando al parque tuvo una fuerte sensación de ser fijamente observada, provocando que un escalofrío recorriera su cuerpo por la intensidad que sentía proveniente de esa mirada, se dispuso a observar a todos lados pero al ser incapaz de ver a nada ni nadie apuro su paso dentro del parque, tenía la sensación de que tal vez fantasmas rondaran el área; necesitaba a encontrar a esa persona antes de morir del terror. Después de alrededor diez minutos de trote por el lugar pudo divisar a una figura masculina sentada en una banca cerca de una farola, esta estaba rodeada por un aura de soledad que casi la hace llorar en el acto, tenía la mirada gacha y aspecto decaído, se acercó hacia la banca de forma calmada pero su presencia no fue notada y si lo fue, deliberadamente la figura masculina en esta la ignoró, carraspeo para llamar su atención pero al verse nuevamente ignorada decidió hablarle directamente

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