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Eddie Snow, 26 años, ingeniero en sistema, Nacido en California, USA, Reside actualmente en New York, vive solo a las afueras de esta gran ciudad, en una casa de dos pisos, color beige, suelo de cerámica todo color negro, tiene un BMW Negro. Su pelo rubio, cejas un poco gruesas, ojos color marrones, no es obesos pero tampoco delgado, es intermedio, lo normal.

Eddie, como todas las noches estaba listo para dormir, con su casa ya a oscuras, se recuesta plácidamente en su cama para conciliar el sueño, pero... Nada, no encuentra el sueño, es la segunda noche que le pasa lo mismo.

 - No debe de ser nada, no tiene nada que ver con lo del otro día - se decía a sí mismo, en forma de susurro.

Viendo que no encontraba el sueño, se decidido por crearlo.

Si, crearlo.

Se dirige a la cocina, donde tiene unas pastillas que compro en caso de no poder dormir.

Baja las escaleras, recorre el pasillo hasta llegar a la cocina.

Justo antes de coger un vaso, siente un fuerte golpe que lo hace caer y quedar inconsciente.

Se despierta al día siguiente, no sabe que paso solo estaba asustado, revisa cada parte de la casa para inspeccionar si no le han robado algo, para sorpresa de él, NADA, no se han llevado nada, solo encuentra el forcejeo de la puerta entendiendo como pudo o pudieron entrar, pero sin llevarse nada, lo cual no es normal.

Al pasar todo el día pensando que podía haber sido, no le encuentra sentido que hayan entrado sin algún objetivo.

Era algo ilógico, absurdo, pensó el hasta que...

Al retirarse la camisa para adentrarse a la bañera,se percata de una marca en forma de espiral con un color blanco en medio del pecho.

  - ¿Y esta marca?, yo no la tenía - un poco asustado y con nervios empezó a revisarla cuidadosamente frente al espejo.

  --No puedo creer que solo vinieran a hacerme esto, ¿con que propósito?-- Pensó, claramente su propósito no es dejar una marca en su pecho y largarse.

Esa marca la había visto antes, pero no solo es un recuerdo vago.

Mientras continúa con su rutina de bañarse, se relaja un poco, para poder tener la mente más despejada. Terminando su baño y se dirige a su oficina, que igual que este, se encuentra en el segundo piso.

Llegando rápidamente, se sienta frente a su computadora, empieza a rebuscar en todo el Internet que puede significar esa marca rara que tiene en medio del pecho...

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