2

34 2 0
                                    

-Espera, espera...- Mia está riendo con fuerza, con tanta que se cae del sofá. Bueno vale, la  he tirado.- Auch, maldito gorila.

-No es gracioso.- Sentencio con énfasis. - Estoy muerto.

-Es que a quien se le ocurre escribir un diario siendo striper. - Fulmino ha Ren quien se ha sentado en el sofá con una bolsa de palomitas.- Idiota.

-Oye chino, con mi hermano no te metas.- Oh... Será...-¿Y a ti que te pasa, pendejo?

-Oye chino de tres al cuarto.- Grito agarrando su bolsa de palomitas y tirándola al suelo con furia.- A ella no le dices que eres japonés.

Me saca la lengua y mira a Mia con una gran sonrisa... Uiii por mis pompones rosas que esos dos no van a tener su final feliz hasta que mi diario aparezca. Luego tal vez... Ni de coña, lo voy a empujar contra un coche al primer momento que tenga.

-Mm... oye y no has pensado que tal vez lo tenga Marta. - Asiento pensándolo, es posible. Esa mujer esta chalada.- Ve a preguntarle.

Justo cuando ha acabado me dirijo a la puerta pero no sin antes coger un cenicero, aún no sé quién de nosotros fuma pero bueno, y tirárselo a Ren a la cabeza. Mia me mira mal pero solo sonrió como si no fuera nada, aunque juraría que a Ren le sangra un poco la cabeza. Nada que una visita de tres horas al hospital no pueda arreglar. Ya puede ir tirando.

Salgo del piso, otra vez sin llaves, para cruzando el rellano para empezar a golpear la puerta de Marta. Oigo un par de gruñidos y maldiciones a través de la puerta pero como si eso importará. Mi diario en manos de esa pervertida de ojos dorados es un peligro. Principalmente porqué es capaz de publicarlo en su editorial.

-Mira, maldito hijo de tu madre pendejo mamón...- Miro su cabello negro despeinado. Bajo mi mirada hacia su camiseta... así que acá fue a parar mi camiseta de AC/DC.- Ahora es mía.

-Uno: No te la di, pendeja.- Ella rueda los ojos con fastidio.- Y dos: mi diario. Ahora loca.

Eso parece reactivar a la Marta pervertida y loca que conozco porque en menos de dos segundos me sonríe con malicia.

-¿Un diario? Yo no tengo ninguno pero tal vez... Sepa quien lo tiene.- Por una vez en mi tonta vida creo que habría sido mejor haber pedido la orden de alejamiento en su momento.- Sé de una vecina llamada Lena, que tampoco está muy cuerda. 

-¿Acaso hay alguien normal en el edificio?- Pregunto con resignación. Ella se encoge de hombros y camina hacia dentro del piso, la sigo antes de que decida cerrar la puerta delante de mis narices.- ¿En dónde vive ella?

Se gira hacia mi con el ceño fruncido, como si... «Omg, pendejo. Es obvio que está celosaaaaaaaasa» Mi mente alarga demasiado esa a así que decido pasar de mi consciencia y observar lo que hay en casa de Marta. Bueno primera cosa confirmada, es una acosadora pervertida. Hay fotos de muchos chicos guapos, con buen culo, buenos ojos... por todo el salón. También hay cajas de pizza, refrescos, un portátil y ¿Ese pedazo de tarta se ha movido?
Estoy a punto de decir algo cuando veo que hay una foto mía en la pared, pero lo peor es que alrededor hay fotos de Ren. ¡De Ren! ¿Y porqué posa en las fotos? 

-¡Marta!- Grito con fuerza, ella aparece corriendo a los tres segundos. ¿Cuándo se ha ido? -¿Qué es esto?

Mira hacia donde señalo y pone los ojos en blanco. Este asunto es de suma importancia, me siento traicionado. Creí que era el único hombre al que acosaba, ya veo que no era especial.

-¿Estas celoso?- Curiosea con un toque malvado en su voz.- Sabes que solo te quiero a ti para escribir mi novela. Oh mira, una foto de la hermana de Ren.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 20, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Diario de un striper.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora