CAPITULO 11.❤

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Ese mundo en el que yo me la pasaba con Ester se le conoce como "El plano astral". Ahí habita cualquier tipo de ser, era algo mágico y maravilloso, se convirtió en mi segundo lugar favorito. Mi primer lugar favorito era una casa que me cree yo mismo al meditar; era mi propio lugar, al poner mi mente en blanco se abría una puerta y llegaba a ese precioso lugar, era una casa junto a un pequeño río, la casa es de madera y está creada como en algún tipo de bosque. Cuando me pongo a meditar es al único lugar al que voy, normalmente me la pasaba solo viendo como fluía el agua del río pero cuando comencé a llevarme mejor con Ester pues le mostré mi hogar al meditar y a ella igual le encanto, desde ese día siempre nos veíamos ahí en las tardes y nos sentábamos juntos. Lo único que hacíamos ahí era observar como el agua del río fluía, aunque a veces nos quedábamos viéndonos frente a frente; lo que me encantaba de verla  de frente es que podía ver esos preciosos ojos; había una galaxia entera en ellos, sus tiernos cachetes; que parecian dos pequeños bombones y su sonrisa encantadora; tan resplandeciente que a veces sentía que ella era la que hacia que ese lugar estuviera iluminado. Creo que ella era lo único que hacía que yo fuera feliz en el día. A Ester la conocí al entrar a la preparatoria, supongo que será algo que nunca olvidaré porque con ella aprendí muchísimas cosas espiritualmente y aprendí muchas cosas sobre mi mismo emocionalmente.

En primer año yo me la pasaba solo, no tenia amigos (La única amiga que tenía era Ester) y era el chico raro del salón. Mis compañeros de clase me veían "hablando solo", decían ellos que yo estaba loco pero pues decían eso porque no veían a mi querida amiga Ester. Ester veía como hablaban de mí y ella quería hacerles daño por hacerme sentir mal, pero yo insistía diciéndole que los dejará, que solo eran simples comentarios de gente sin importancia. Hablábamos muy a menudo respecto a esos tipos que me molestaban:
— ¿Por qué permites que ellos hablen así de ti?. –Preguntó un poco enojada.
—Permito que hablen así de mí porque jamás entenderían que hablo con personas que ya no están vivas físicamente.
—Pero... ¿En verdad no quieres que les haga daño?, no les haría nada mal una buena lección a esos tipos Aldahir. -Ellos lo hacen sufrir, no me gusta ver sufrir a las personas, mucho menos a personas que son importantes para mi, como Aldahir. 
—Estoy bien Ester, si no les hago caso no habrá problemas.
—Si te llegan a agredir físicamente no responderé y los mataré.
—Dudo que pase eso pero está bien, acepto eso.
El tiempo transcurrió y los tipos aún no me agredían físicamente, solo verbalmente, hasta que...

Entre el misterio y la verdad.🔯💕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora