Prólogo

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Quien no se ha visto en el espejo del ascensor alguna vez? Quien no se ha  fijado en su rostro y se ha arreglado un mechón del pelo o el lápiz labial  por salir apurada?
Pues yo,  por lo menos , si.
Me he mirado en ese mismo espejo desde hace 17 años, mejor dicho, desde que tengo memoria.
A veces me pregunto que pasaría si los objetos pudieran hablar, ese espejo seria el peor de todos, aquel ser inerte me ha visto en mis peores fachas y en las mejores.
Maldigo las veces que uso el ascensor y me pongo lo primero que encuentro a mano y pienso_ como tan mala suerte para encontrarme con alguien del edificio_ y no hago mas de pensarlo y me topo de frente con alguien en el ascensor, y lo peor de todo, es aquella vecina que se sabe de memoria la vida de los residentes, y empieza con su perorata, miro la pantalla_ recién el piso 7_ piensó, hasta que al fin el piso uno.
O esas situaciones incómodas y otras no tanto.
No les ha pasado que uno entra en el ascensor, saluda (los escolares también saludamos y nos despedimos , algunos ejemplares todavían quedan) y te dejan " el visto"? y después te despides y te dejan el "doble super visto" y ves  la cara de aquella persona de reojo reflejada en el espejo y te miran como bicho raro. A veces realmente me siento asi.
Todo el mundo ha estado nostálgico, medio emo, con el celular y los audífonos escuchando música, mas emo todavía, yo soy de esa clase de  personas que viven mucho de recuerdos, y al entrar a ese ascensor y mirar el espejo , empiezo a recordar  imágenes  de mi "yo pasado" y hacer preguntas muy  profundas, por ejemplo
Que es realmente crecer?
Por que cuando niños, y somos más felices podemos recordar menos?
O donde habrá ido ese niña que se ponía a bailar adelante de todos sin vergüenza?
y muchas preguntas que a pesar de saber que no tienen respuesta, me las hago mentalmente apoyando la frente en aquel espejo.
Pero en ese ascensor  se puede producir de las conversaciones mas animosas, a los silencios más incómodos. O ser espectadores de como una señora trata de calmar a su perro, al cual " va sacar a dar una vuelta",  o mejor dicho " el perro la lleva a ella a sacar una vuelta".
Pues en fin, aquel ascensor abrió un día sus puertas  y se escuchó
_ podrías marcarme el piso 21, ? Por favor
y ese fue el principio del fin
Cierre de las puertas.

El reflejo en el ascensor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora