1. La chica de la cafetería

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Un par de curiosos ojos miel alzaron la vista desde la pantalla de su computadora para mirar a la cajera que estaba a unos 10 metros de distancia. El olor de los granos de café junto con productos horneados era frecuente en esta pintoresca cafetería. Una sensación de calidez y bienvenida era vidente en la atmósfera. Había pequeñas conversaciones por todos lados mezclándose con la suave música de fondo.

Los ojos miel se toparon con unos marrones y en cuestión de segundos regreso la mirada a la pantalla de su portátil. Manuel dejó escapar un pequeño chillido de sorpresa y rápidamente desvió la mirada hacía abajo. Él se hundió aún más en el sofá y trató de hacerse lo más pequeño posible para ocultarse detrás de su MacBook Pro de 15 pulgadas. 

"Así se hace, con esa mirada lasciva, Padilla... has estado viniendo a esta cafetería desde el mes pasado y aún no tienes el valor para mantener una conversación decente con esa hermosa cajera" se auto critico Manuel mientras negaba con la cabeza ligeramente. Se rascó la sien y reajustó sus auriculares. La canción que se reproducía desde su iTunes trató de bloquear el calor de la vergüenza que se expandía por sus mejillas.

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Manuel Padilla: Desde la ciudad de Monterrey, 20 años de edad, de ascendencia mexicana, está en su tercer año de universidad con la esperanza de llegar a ser medico... o al menos algo que perteneciera al campo de la medicina. Se podría decir que era de la influencia de su padre (que era un exitoso médico en Monterrey) combinadas con esos malditos programas drámaticos de médicos (Dr. House, Grey's Anatomy, etc) que disfrutaba viendo todas las semanas, eso provoco interés por esta carrera. Se graduó de la escuela secundaria con un GPA de 4.0 y allí estaba ahora en la costa oeste asistiendo a la UCLA, pre medicina en el momento. 

Las actividades extra curriculares de música y ser jugador del equipo de fútbol por cuatro años, sin duda lo ayudaron en su admisión. También podría decir que era un poco nerd, no sólo en el aspecto académico, sino también con todo eso de los superhéroes y el mundo de los comics. Manuel mantuvo esto oculto en la escuela secundaria pero ahora lejos de Monterrey estaba más cómodo consigo mismo. 

Por lo tanto, la razón de su actual vestimenta; una camisa azul con Súperman el hombre de acero disparando su visión de rayos láser con un 'No siempre soy este nerd' impreso en ella, pantalones cortos negros simples y un par de converse negros. Para colmo llevaba sus gafas mientras que su cabello castaño estaba hacía un lado. 

Un atuendo bastante relajado para alguien que tenía una personalidad un poco fuerte pero ese lado de él sólo lo mostraba cuando alguien lo hacía enojar. Y en realidad pasaba muy a menudo ya que Manuel tenía una baja tolerancia con la mayoría de gente y su manejo de la ira no era la mejor tampoco. Aun así, se las arreglo para tener unas pocas personas que eran capaces de quererla aun con su actitud. Brandon Meza, Humberto Garza, Jazmín Villarreal, Arely Téllez y Liz Elizondo componen su círculo de amigos en los que ella confío desde la escuela secundaria. 

A pesar del hecho de que podría ser molesto a su manera, con Brandon siendo el delincuente superior Manuel confiaba en ellos con cualquier cosa. Todos ellos, excepto Liz que estaba en Nueva York estudiando en la NYU, emigraron a Los Ángeles para la próxima etapa de sus vidas. Jazmín estaba en la UCS, Humberto en CSULA y Brandon abandono la educación superior para ser mecánico y abrir su propio negocio y de alguna manera era bueno en eso. 

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Se sentó en el medio de un sofá de color marrón oscuro con bultos, pero cómodo con ambos pies apoyados en el borde de una pequeña mesa situada frente de él- El portátil en la que actualmente se escondía detrás estaba perfectamente equilibrado en medio de sus muslos y su estómago. Sus ojos viajaron hacía el libro de texto de anatomía colocado a su lado izquierdo. Las gafas que llevaba puestas se deslizaron por el puente de su nariz un poco por lo que los empujó hacía atrás a lo largo con un suspiro y un roce de su mano para arreglar su flequillo. 

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