The Ring

Engagement

□Emma□

Eso era lo correcto. Lo era, ¿verdad?

Si fuera algo más de lo que soy, diría que no. Pero lo que ves es todo lo que hay. No tengo más, solo esta chaqueta de cuero roja. En un principio me la puse para protegerme de mis seres queridos, pero como coraza no ha funcionado muy bien...
Ya sé que no sueno como la Salvadora, a veces me pregunto si realmente lo soy. Las personas que conozco han luchado por alcanzar sus finales felices. Yo no. Ni siquiera sé qué es lo correcto, tan solo me limito a actuar. Actuo como a los demás les gusta que actue, como la Salvadora que se supone que soy. He de estar a su nivel. Pero si actuara como me gustaría actuar, si de verdad fuera la Salvadora que creen que soy, no estaría en esta situación.

Me limito a asentir.
Le dije que sí antes incluso de que pudiera pedirmelo. Me asusté tanto al encontrar ese anillo, pensando en Henry, en Regina, en mis padres... No era mi tarea como Salvadora encontrar un final feliz, sino ayudar a los demás, y no podía centrarme en mí misma y abandonarlos, abandonar a Regina... Pero tenía que decir que sí. ¿Qué iba a decir sino?

Se lo conté a Henry y pareció feliz, feliz por que yo fuera feliz. Le estaba mintiendo, estaba provocando que su felicidad basada en la mía se basara en una mentira. Después acudí a mis padres. David ya lo sabía, Garfio le pidió mi mano. Como si yo fuera un objecto y todo esto una transacción. Mi madre se emocionó, que es lo suyo. Fingí estar tan ilusionada como ella, porque verme así era parte de su felicidad. Todo de mí era parte de su felicidad, de la felicidad de otros, de todos. Todo mentira.

Pero no quería contárselo a Regina. Fui idiota porque, al final, acabaría entrenándose. ¿Qué mejor que se lo dijera yo misma? No quería hacerlo, no podía mirarla a los ojos y contarle una mentira. Ella sabría que estoy mintiendo. Regina está luchando contra su yo malvado al mismo tiempo que intenta enamorarse del Robin falso que...no tiene tiempo para mis estupideces. No puedo hacerle esto. No puedo casarme mientras ella pasa por todo esto. Se supone que debo ayudarla. Joder, Swan.

Regina había hecho demasiado por mí estos años; había renunciado a cosas, cosas importantes para ella; puesto en peligro su vida y la de gente que le importa; y siempre, siempre se mantuvo a mi lado. ¿Como defraudarla ahora? Jamás podría devolverle la mitad de lo que hizo por mí, de lo que sigue haciendo, de la tranquilidad de no tener que fingir ser la Salvadora en su presencia, de sentir que alguien me entiende, con ella, siempre con ella... Eso es lo que me gustaría. Me gustaría devolverle la vida que ella me ha hecho sentir.

Ella era mi amiga, se alegraría por mí, seguro. Pero yo no. Yo vivo en una constante lucha por encajar, bajo la presión de tener que salvar a todo el mundo, siendo su apoyo... Pero lo que nadie te advierte de ser la Salvadora, es que no queda nadie en quien te puedas apoyar. Todos necesitan tu ayuda.
Menos Regina. Ella era mi apoyo. La necesitaba. Y yo me esforzaba tanto por conseguirle un final feliz...pero no podía. Me sentía impotente, tan impotente...

Me giré sobresaltada al oír abrirse la puerta a mis espaldas. Era Regina y, detrás suyo, Zelena. Me metí la mano en el bolsillo del pantalón, pero la pelirroja ya había visto el anillo y... Regina pareció tan decepcionada...tuvo que fingir que se alegraba y me dio un abrazo. Nunca antes me había abrazado. Y yo no me moví. Dejé que me rodeara con sus brazos y sentí su pelo en mi mejilla. Se me paró literalmente el corazón. ¿Significaba eso que de verdad se alegraba por mí? ¿Confundí la sorpresa con decepción? ¿Estaba feliz? ¿La hacía feliz? Me soltó tan rápido que no tuve tiempo de averiguarlo.

-Como iba diciendo...- Se aclaró la garganta. -Será difícil organizarnos y... Si me disculpais, estaré en mi cripta buscando un par de cosas que necesitaremos...-

Mierda, eso no era felicidad. Estaba enfadada conmigo. Ni siquiera la oi hablar al entrar, tenía que contar algo importante y la ignoré.

-Regina...- La seguí a las escaleras. -¿Necesitas ayuda?-