Vestido para la fiesta

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Narra Cayla
Ha pasado casi una semana desde que me puse enferma, hoy voy a comprar mi vestido para la fiesta. Odio ser el centro de atención. Y en esa fiesta lo voy a ser. Si no es así ya veréis como Hannah se encarga de ello.
Kian, ha estado muy distante, la última vez que tuvimos una conversación que no sea un hola, y cuando está Hannah delante fue cuando durmió conmigo.

FLASHBACK*

Me despierto de mi cama y noto que me duele la cabeza mucho. Recuerdo que ayer tenía mucho frío. Entonces me doy cuenta que tengo un brazo rodeándome la cintura. Me doy la vuelta y veo que es Kian, de inmediato se me acelera el corazón. Está tan sexy pero odio que me trate mal. Supongo que así es tener un hermano. Lo voy despertando porque sería raro que Hannah o William entrarán y nos viesen en esta posición. Entonces le voy sacudiendo el brazo al mismo tiempo que lo llamo susurrando su nombre en su oído. Noto que sonríe sin mostrar los dientes y sé que lo he despertado. Deduzco que cuando se da cuenta de la situación se sienta de golpe en la cama.
-¿Qué haces en mi cama?-Le digo en modo de reproche. Como si me hubiese molestado.
-No sé si te acuerdas pero estabas muy enferma, te di un baño y te lleve a la cama, entonces tiraste de mi brazo y me dijiste que me acueste contigo y no pude decirte que no.-Joder, se ve que cuando estoy delirando de fiebre soy más lanzada.
-Bueno, gracias por todo.-Le digo con una sonrisa a modo de agradecimiento.
-De nada, pero esto no se puede repetir, ¿entendido?, lo hice solo porque estabas temblando de la fiebre y no soy tan hijo de puta.- Me dice tan frío como siempre, no quiero contestarle así que solo me quedo mirando algún punto invisible de la habitación. Odio sus cambios de humor. Si hasta ha sonreído, sé que le gusta estar así conmigo, pero también sé que somos hermanos y todo esto es como decirlo extraño.
Se levanta me hecha una mirada como procesando la situación y se va.

Después de ese día no volví a tener fiebre y lo convencí de no ir al doctor.

FLASHBACK*

Si nos centramos en el ahora, estoy en la cocina comiéndome un sandwich de  pechuga con queso de untar y lechuga.
En el momento que me como el último pedazo viene Hannah sonriente.
-Hola, cariño. Que te parece si nos vamos ya para el centro comercial. Son las 11:30 mientras que llegamos las 12 compramos el vestido y comemos en algún restaurante de ahí. ¡Pero en McDonald, no! Me han dicho que las hamburguesas de ahí están hechas con amoniaco y a saber qué tipo de carne te ponen.
-Hannah, sabes que Kian y yo ya hemos ido al McDonald. Ha saber qué tipo de carne pondrán pero esa carne está riquísima.
-Bueno, no importa. Podemos ir al Foster Hollywood. Ahí si que hacen carne rica y hamburguesas deliciosas.
-La verdad es que me da igual, será donde quieras.
-Vale, entonces no perdamos más tiempo-Continuo, con entusiasmo fingido. La verdad es que nunca he ido de compras cuando llegue del orfanato, aquí ya tenía un armario lleno de ropa y desde luego no necesito más.

Nos montamos en su coche mientras ponemos la radio, específicamente los 40 principales. Está sonando reggaeton lento de CNCO. Lo cierto es que tengo esa canción un poco aborrecida ya que la escucho en todas partes.

Tardamos 10 minutos en llegar. El centro comercial es grandísimo. Está lleno de ropa creo que si está familia no me hubiese adoptado no hubiese pisado este centro comercial en un tiempo.
Vamos a una tienda que se nota a leguas que es de marca. Creo que un vestido aquí me cuestan los dos riñones, es decir, mi vida.
Hay vestidos preciosos yo la verdad no se mucho de elegir vestidos y eso. Pero, ya que la fiesta va a ser en mi honor tengo que ir bien. Entonces escogeré el que considere perfecto.
Nada más entrar una chica viene a como diría yo sin que suene vulgar, ha hacernos la pelota.
-Hola, chicas, ¿Necesitáis ayuda?-Dice  una chica castaña con ojos café. Que por su placa puedo deducir que se llama Cristina.
-Estábamos, buscando un vestido para esta preciosura. Es para un evento importante.-Dice Hannah sonriendo se nota que está muy feliz.
-Los vestidos son nuestra especialidad.-Dice la chica también feliz. Hoy es el día de la felicidad, ¿y yo no me he enterado?
-Perdona, puedes ir yendo al probador  y yo te pasó vestidos.-Dice mirándome a mí. Parece una pregunta pero estoy segura que ha sido una afirmación en toda regla.
Voy hacia dónde me indica. Es un probador gigante con las paredes de color negro salvo una que es un espejo de cuerpo entero.
No pasa ni 2 minutos y ya tengo 3 vestidos que probarme.
Hay uno turquesa que me ha llamado la atención bastante, es de seda con puntos blancos transparentes y tiene encaje en la parte superior. Ese decido dejarlo para el final.

AdoptadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora