13. La llamada

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Niall:

-Al fin te atraparon- exprese mientras veía al imbécil.

-Ja, esto es una sorpresa- dijo mientras se revolvía el cabello. El chico normal de universidad ahora estaba con una escasa barba y con el brillo de sus ojos ausente.

-Ya sé que fuiste tú el que intento hacerle daño esa noche. Quisiste aprovecharte de ella- dije con los dientes y puños apretados.

-____ se enamoro primero de mí- escupió triunfante. –Luego llegaste tú y me la quitaste ¿qué nombre le darías a eso?

-Tal vez se fijo en ti primero, pero tú demostraste no ser lo suficientemente bueno para ella.

-Ya me atraparon ahora no puedo hacer nada. Ya no tienes competencia. Puedes estar tranquilo— sonrió insolente.

-No le dije a ____ que fuiste tú el que intento llevársela esa noche. No quiero preocuparla con tonterías- dije mientras apretaba los dientes.

-Es posible que ____ no quiera verme. Sin embargo sé que vas a cometer algún tropiezo y yo estaré aquí para consolarla— dijo mientras se recostaba sobre su sucio colchón y leía una historieta.

-Para tu información nuestra relación esta excelente. Que mentira, si acabamos de discutir.

***

 -¿Qué pasa beba?- pregunto mamá, seguramente ya se había dado cuenta de mis cambios de humor desde el lunes. Era domingo, sí como el de la semana pasada. Después de que tuviera esa discusión con Niall, me había desconectado del mundo. No prendía ni mi laptop, ni mi móvil. Y no salía de casa a excepción para ir al supermercado o para acompañar a mamá en las  compras. Me encerraba en mi habitación, tomaba los audífonos y encendía mi iPod. Recostada sobre mi cama miraba el techo y pensaba… pensaba en él. Me había dicho que yo lo engañaba. ¿No me conocía? Sería incapaz de hacerle algo así, soy una persona demasiado honesta. La honestidad a veces es mi amiga como también mi peor enemiga, muchas veces me he metido en problemas gracias a decir la verdad. –Nada importante mamá ya se me pasara.

-____- dijo severa. –Te conozco, sé que no estás bien. Cuéntame.

-Tuve una discusión, fue horrible- dije mientras cubría mi rostro con ambas manos.

-¿Qué pasó?— pregunto mamá preocupada.

-Me dio a entender que no confiaba en mí— dije sollozando. –Me acuso de ser una tramposa, me dijo que me besuqueaba con el cretino…- no pude decir más porque lágrimas se derramaban por mis ojos mientras yo hacía el vano intento de secarlas todas con la manga de mi sudadera. Termine causando mayor desorden, ya que había olvidado que me había puesto rímel negro y mi sudadera era blanca, así que ya imaginan lo que paso…

-Llora ____, llora. Desahógate— afirmaba mi mamá y me abrazaba.

No lloré desde ese terrible día de la discusión, había logrado aguantar los sentimientos que me ahogaban mi corazón. Y al no darme cuenta de eso, yo estaba dañándome… ahí encerrada en esas cuatro paredes lejos del mundo exterior. Ingenuamente me sentía protegida, pero si nunca enfrentabas a los problemas nunca encontrarías la solución a nada. La única salida sería huir, sin embargo nunca puedes escapara de los problemas tarde o temprano lograran alcanzarte. Así es la vida una mezcla de problemas y placeres; todos tarde o temprano debemos probar el sabor dulce como el sabor amargo.

“Ser feliz no significa vivir sin problemas” me dijo mi padre una vez, tenía razón. Estaba en lo correcto, basta de huir ____, ve enfréntalo y si todo se acaba qué más da, terminaras recuperándote algún día, espero.

-Gracias mamá— dije mientras tomaba un vaso de agua y la abrazaba.

-¿Ya te sientes mejor?- pregunto mamá un poco más aliviada.

-Sí, ya estoy mejor- asentí.

-Bueno, ya sabes que si quieres un hombro para llorar aquí está el mío. Y si no quieres el mío, pues te ofrezco el de tu hermano- rió mamá.

Solté una risita –hay mamá no me ofrezcas algo que no te pertenece. Él no va a prestarme su hombro para llorar- me refería a mi hermano, sé que era mi payaso y mi confidente, pero lo conocía era un poco frío conmigo. Siempre me decía que no quería que lo abrazara y que sus abrazos solo le pertenecen a mamá y papá.

-Si veo a tu novio le romperé la cara— dijo mi hermano mientras entraba al comedor.

-¿Tú? Pero si eres un enano—sonreí.

-Sí, sin embargo sabes que cuando estoy enojado triplico mi fuerza— levanto los puños.

-Tranquilo peque, voy a resolver esto. Prometo que no verás llorar  de nuevo en lo que me resta de vacaciones— levante mi mano derecha –lo prometo por la garrita.

-Eso es para bebés— se quejo.

-Promesa es promesa— ofrecí mi dedo meñique.

-De acuerdo— resoplo.

Sin pensarlo dos veces subí a mi habitación, prendí lo que me mantiene conectada al mundo exterior.

Mi computadora y mi móvil, no me interesa que hora sea en Londres, hoy Niall y yo vamos a hablar. Y por el bien de la relación espero que no le dé un ataque de ira como la vez pasada y yo espero estar lo suficientemente calmada para dejar en claro las cosas. Me puse un par de gafas oscuras, me cambie la sudadera y lo hice por una de color verde, me hice un moño y presione llamar…

***

Niall:

Las cosas no habían tan sombrías y tristes para mí nunca, estaba desolado. La vida perdió su color y el brillo de mis ojos había disminuido. Hasta el día de hoy no me di el suficiente valor de llamar a ___ y pedirle perdón. Las tonterías que le dije ese día, fueron solo eso. Puras estupideces. Estupideces de alguien que tiene resaca del día anterior, caminaba por las calles de Londres y el clima empeoraba mi estado de ánimo. Nubarrones grises cubrían la luz del sol, al igual estaba mi corazón, hundido en un millón de pensamientos negativos. Miraba con nostalgia los lugares por donde paseábamos tomados de la mano mientras no reíamos sin razón alguna, como su risa era una melodía que hipnotizaba mi cerebro, que hacía que sintiera una corriente eléctrica en todo mi cuerpo. No puedo soportarlo más, si no la llamo ahora esto se terminara y no quiero, camine lo más rápido que pude de regreso a casa y prendí mi Mac. Entre a Skype y parecía que el destino nos quería juntos porque en ese momento ____ estaba llamándome.

Parece que todo esta punto de solucionarse o de empeorar... 

Unexpected Love 2: Siempre JuntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora