Ohh... Mi adictivo amigo, si supieras en realidad lo difícil que es para mí tú cruel olvidó... Si realmente tú pudieras comprender lo que causas con tus promesas vacias, que no se concretan nunca...
Dime si alguna vez te darás cuenta mi mal ávido vicio, que mi deseo de tenerte aquí no es solo no es por el placer que produces al estar entre mis sábanas, sino por el deleite que me genera tu compañía... Por esas conversaciones espontáneas que nos producen un semblante de cercanía, que me hacen creer que puedes llegar a verme de una forma especial...
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Ohh mi pequeño si tú nunca hubieses dicho esas frases imprudentes... Yo nunca me hubiese permitido quererte.
