La campanilla que colgaba de la puerta de vidrio tintineó cuando la abrió para ingresar. Adentro, el dulce aroma a chocolate caliente, café y especias, le provocó cerrar los ojos e inspirar con fuerzas. Afuera el frío y la nieve no daban tregua y estar en un lugar cálido se sentía bien por ahora.
Alzó la mirada y escaneó el lugar. Había unas cuantas mesas llenas a esa hora, gente bebiendo de sus tazas y otras conversando en armonía. Él sabía a quién estaba buscando, solo que, no podía saber a ciencia cierta cómo lucía esta persona. Después de todo, habían pasado más años de los que podía recordar desde la última vez que le hubo visto.
'Llámalo' le dijeron todos a quienes les preguntó si es que debía atender esta inquietud. Sabía que había pasado mucho tiempo pero, incluso así, todos coincidieron de que no era demasiado, estaba en el momento preciso.
Y así lo había hecho.
Caminó por la cafetería mientras se quitaba su abrigo con restos de nieve y arreglaba el cabello cuando a su espalda, una voz rasposa llamó a su nombre.
- ¿MinHo?
El moreno se giró y, en una mesa junto a la ventana le vio. Tuvo un pequeño atisbo de dudas sobre si era él la persona a la que buscaba pero, con todos los años que habían pasado sin verse mutuamente, MinHo sabía que era él.
Sus ojos grandes y oscuros estaban rodeados con el paso de los años en finas marcas de piel. Su pelo estaba cano y muy corto. Su rostro lucía cansado pero de todas formas, el hombre se esmeraba en sonreírle mientras se ponía de pie y le miraba a la distancia.
- Hola papá... - le saludó cuando hubo llegado junto a la mesa, colocándose tras la silla desocupada.
- Vaya, eres... eres todo un hombre ahora
- Ha pasado tiempo - continuó - no me iba a quedar como un niño toda la vida
El hombre rio nervioso.
- Ti-tienes razón, anda, toma asiento, ¿Quieres que ordene algo para ti? recuerdo que te gustaba la malteada de fresa...
- Cuando tenía cinco - intervino el moreno viendo cómo su padre se incomodaba - Prefiero un café...
- Bien, un café entonces
Un garzón se les acerca a tomar el pedido y luego se marcha inclinándose cortésmente. Al cabo de unos minutos, vuelve con el café de MinHo y se aleja dejándolos solos.
'Nunca es tarde' le había dicho JongHyun con palabras que tenían sentimientos encontrados para ambos. Primero, porque deseaba darle ánimos a su amigo cuando MinHo se había decidido a buscar a su padre luego de tantos años para reunirse con él y atender temas pendientes. Y segundo, porque luego de que finalmente JongHyun se había confesado a KiBum y ahora eran una pareja, nadie más que él podía entender el término 'nunca es tarde' porque, de esa manera, todo parecía ocurrir en el momento indicado.
JinKi solo le sonrió cuando le contó de ese anhelo por poder cambiar las cosas que parecían estar causándole daño. 'Estoy orgulloso de ti' le había dicho y no hubo nada que lo alentara más que esas palabras.
Lo curioso de todo fue que, a pesar de haber llamado a la operadora y pedir por el teléfono de Choi YunKyum, todas las veces que MinHo llamó, en ninguna tuvo éxito, siempre era desviado a un buzón de voz que le pedía dejar un mensaje que obviamente, MinHo no dejó. Hasta el día anterior. El día de Noche Buena, MinHo llamó luego de semanas de estar haciéndolo y, solo aquel día, la llamada ingresó y puedo escuchar luego de tantos años, la voz de su padre.
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[ Mistletoe ]
Fantasy•2Min• MinHo odia la Navidad. Odia la nieve, odia el frío, odia los villancicos y todo lo que los demás aman respecto a la Navidad, él lo odia. Mucho. JongHyun se ríe y lo molesta con cosas como armar el árbol o darle los honores de que sea él...