Narración 1

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Después de una día normal de escuela, Phichit Chulanont se despide de sus amigos sin ganas de llegar a su casa y hacer esa aburrida tarea que le dejaron

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Después de una día normal de escuela, Phichit Chulanont se despide de sus amigos sin ganas de llegar a su casa y hacer esa aburrida tarea que le dejaron.

—Hola, ¿cómo te fue en la escuela?—preguntó la madre del chico al verlo llegar.

—Me fue bien. Hoy aprendimos sobre las cartas—respondió Phichit sentándose en la mesa. 

—Ohh ¿y qué me cuentas de ellas?—preguntó la mujer dejando un plato de comida para su hijo y uno para ella.

—Remitente es el que envía y destinatario es el que recibe la carta—dijo el niño mientras comía.

—Bien, ¿te lavaste las manos y la cara antes de comer?—inquirió la madre del tailandés.

Phichit dejó de comer para ir corriendo al baño y hacer lo que había olvidado por completo.

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El pequeño niño se encontraba sentado en el escritorio dando vueltas en la silla giratoria mientras se cuestionaba si la hoja color naranja es más bonita que la hoja color blanco.

"Recuerden que debe ser lo más formal posible."

Phichit detuvo la silla al hacer memoria de las palabras de su profesora y aún mareado guardo la hoja color naranja para usar la otra.

Con el celular de su madre le tomó una foto a sus materiales ya que la profesora quería evidencia de antes, durante y después del escrito.

Phichit estuvo pensando en que escribir y mucho más importante ¡A quien enviársela! Pues el chico no tenía a nadie que viviera muy lejos.

El niño recordó que en una de sus vacaciones conoció a otro niño que era extranjero. Phichit había hablado con ese muchacho retraído que resultó ser japonés para que al final se volvieran muy buenos amigos. Pero Yuuri (que así es como se llama) tuvo que regresar a Japón.

Los pequeños niños no tienen celular así que no podían saber nada del otro a no ser que sus madres se comunicaran entre ellas.

Phichit comenzó a escribir en la hoja de papel todas las palabras que se le venían a la mente para terminar un poco satisfecho del resultado.

Tomó la foto, guardó la hoja en el sobre y salió de su casa para poder jugar con sus amigos.

"Mandaré la carta mañana temprano"

Pensó Phichit mientras le hacía de portero en una pequeña partida de futbol improvisada.

Lo que el chico tailandés no sabía era que el cartero que sería responsable de trasladar su carta a los buzones internacionales indicados iba a laborar en su último día y ya harto de su trabajo poco le importaba si la carta caía o no en el buzón indicado.

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Así dará inicio esta historia mediante cartas y narraciones.
Sí, ya hay muchas cx pero igual, leí la frase "Una carta no se ruboriza" en latín y quise usarla para una historia.

ACLARACIONES:

Cada vez que actualice serán dos partes: Una narración y una carta.

Phichit y Seung tendrán 7 años y mientras se envían cartas se verá su crecimiento.

Gracias por leer <3

Una carta no se ruboriza (SeungChuchu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora