La joven princesa y el príncipe se estaban adaptando a estar con sus nuevos guardias y compañeros de clase. Al día siguiente de que se conocieron, el rey ordeno un cambio de horario de clases para sus hijos por lo que ya casi no se veían. Tenían menos tiempo libre. De sus guardias y materias de escuela. La única clase en la que se podían ver los hermanos era en la de magia.
En cada clase de magia veían la historia de algunos magos famosos y lo que les paso por exponer sus poderes a personas normales. Lina pensaba que era mejor primero mostrar el peligro de usar magia.
Pasaron tres meses desde el día en que se conocieron todos. Bastian terminaba de despertar, no había dormido casi esa noche. Lina les había pedido que aprendieran a usar dos hechizos. Uno de ellos era el hechizo de la luz y otro era para volar. Ambos muy complicados. El sol comenzaba a salir al percatarse de eso se levantó de su cama, tomo el libro para cerrarlo y dejarlo sobre el escritorio que estaba en su cuarto. En el también había varias plumas, tinta, una libreta llena de sus dibujos, lapices, goma y sacapuntas. Al lado del escritorio se encontraba un bote de basura con unas cuantas hojas arrugadas.
Luego tomó su traje que tenía que usar ese día y se cambió. Ya cambiado escuchó que alguien tocó la puerta.
- Adelante.
La puerta se abrió.
-Buenos días Príncipe.
-Buenos días.
Anthony saludaba al principe como cada mañana desde que se mudaron al palacio.
- Ya es hora de ir a su primera clase de hoy.
-Si. Gracias por recordarme lo.
Bastian paso por la puerta y se dirigió a su primera clase. Siendo seguido por Nathaniel y Anthony. Esa clase fue como cualquiera de matemáticas. El tiempo se paso rápido. Cosa extraña ya que tres horas seguidas de matemáticas no se pasan volando.
Era finalmente la hora de ir a la clase de magia. Mientras los tres se dirigían al salón se encontraron con Madeline, Liliane y Evangeline quienes acaban de estar en clase de historia.
-Buenos días Princesa.-Anthony hizo una reverencia y volvió la mirada a Madeline y Liliane.- Buenos días.
-Ah. Buenos días.
Madeline desvío la mirada de Anthony.
-Buenos días.
-Buenos días. ¿Cómo les fue en matemáticas?
-Bien.
-Bien. Si te refieres a tener 3 horas seguidas sin intervalos libres.
Terminó de decir Nathaniel. Bastian no prestaba mucha atención a la conversación. Más se enfocaba a lo que se memorizó de hechizos y en como saldría su primer hechizo.
Evangeline se percató de que su hermano casi no hablaba. Igual que ella. Ambos estaban preocupados de como saldría su "primer" hechizo. Se encontraban los seis ya en el salón solo faltaba la maestra.
-Nathaniel ¿tu no estas ansioso por hacer tu primer hechizo?
Madeline veía a Nathaniel muy tranquilo. Igual que siempre. Pensó que esta vez sentiría el algo diferente.
-No. La verdad no mucho. Si quiero aprender a hacerlo pero no me siento muy emocionado que digamos.
-¿No?
-No. ¿Tu estas ansiosa?
-No. Más bien estoy nerviosa.
-Tranquila. De seguro todo saldrá bien Madeline.
Añadió Anthony que se encontraba escuchando la conversación. Mientras los demás, sentados en sus asientos sin hablar pensaban en diferentes cosas. Liliane en la carta que se encontraba escribiendo, Bastian en como se sentirá volar por el cielo y Evangeline en como evitar hacer el hechizo de la luz. Cosa que cualquiera diría que sería al revés, Evangeline pensando en volar y Bastian en evitar hacer el hechizo de la luz o el de volar.
En ese momento llegó Lina por lo que todos los jóvenes dejaron de hacer lo que estaban haciendo.
-Chicos hoy no haremos la clase en el salón. La haremos en otra parte.
-¿En donde profesora?
Preguntó Madeline.
-Sigan me.
Hizo un gesto con la mano para que la siguieran. Liliane dobló la hoja en la que estaba escribiendo, la guardó y se levantó de su asiento seguida por los jóvenes de ojos verdes. Comenzaron a seguir a Lina por los pasillos. Llegaron al establo donde había muchos caballos.
-¿Haremos la clase en el establo?
Nathaniel comenzó a acariciar a un caballo café. Este sacudió su cabeza para luego seguir siendo acariciado por él.
-Suban a un caballo. Veo que Nathaniel ya hizo un amigo.
-¿Nos montamos en uno?
-Exactamente Nathaniel.
-Profesora ¿no cree que es mejor que la princesa y las jóvenes que la cuidan usen un vestuario para montarlos? Creo que así será incómodo para ellas montarlos.
-Tienes razón Nathaniel.
Una cosa que Evangeline sentía incomodo era usar vestido y más al montar un caballo. Cosa que Bastian sabia perfectamente.
Lina alzó su mano hacia las tres jóvenes, en seguida una las rodeo y sus vestidos cambiaron ser un pantalón y un saco.
-¡Genial!
Dijo Madeline entusiasmada por su nueva ropa que esta estrenando y por ver que Lina había hecho magia.
-Lo siento hubiera sido algo mejor pero no se mucho de ropa.
-Ya somos dos profesora.
Evangeline y Liliane se veían sus atuendos que no podían creer que cambiaron.
-Vamos suban a uno. Antes de que envejezcan.
-Si.
Cada uno se subió a un caballo diferente. Lina y Bastian escogieron uno blanco, Liliane y Evangeline escogieron un caballo gris, Madeline,Nathaniel y Anthony un caballo café.
-Si ya están todos listos siganme.
Lina guió al grupo cerca de donde el lago y el bosque colindan con los cerros. A un lugar donde casi nadie iba y era imposible que los vieran practicar.
-No puedo creer que nuestros padres nos dejaran salir del palacio y ¿tú, Evangeline?
Evangeline estaba a punto de contestarle a su hermano pero fue interrumpida por la joven peliblanca.
-De hecho los dejaron salir con la condición de que los vigilara y cuidara bien. Ah y que sus guardias los vigilaran más que yo. Por alguna razón no tienen confianza en que los cuidaré.
-No tengo idea Lina.
-Es la primera vez que sale del palacio Bastian ¿no?
Añadió Nathaniel.
-Si. Es mi primera vez.
-Ya llegamos.
Termino por decir Lina. Todos bajaron de los caballos y los amarraron a un árbol.
-Que bien se siente no estar en el palacio ¿no creen?
Dijo Nathaniel.
-Tienes razón Nathaniel. Es tranquilizante estar aquí.
Argumento Anthony.
-Pero no venimos a relajarnos compañeros. Venimos a estudiar y practicar. De cualquier manera no se deben de relajar deben cuidar al principe es su deber.
-Amargada.
Dijo en susurro Nathaniel. Mientras los demás seguían a Lina a un punto donde no había árboles y ningún obstáculo. Ella miro a Madeline.
-Madeline serás la primera.
La joven abrió más los ojos.
-¿Yo profesora?
-Si. Vamos.
-Está bien. ¿Cual realizo?
-El que desees.
-Ah ok.
La rubia cerró los ojos, respiró hondo y comenzó a relajarse. En instantes su cabello se comenzó a elevar. Luego su cuerpo también. - Bien hecho Madeline.
Aplaudió la profesora. La joven abrió poco a poco los ojos. No podía creerlo se encontraba volando a unos metros de altura.
-Wow.
Sonrió. Desde esa perspectivas todo se veía más pequeños.
-Madeline es mejor que bajes. No te debes forzar.
-Si profesora.
-¿Si recuerdas como bajar?
-Si.
Madeline pensó en un yunque y comenzó a perder altura.
-Excelente. Y decía Marion que seria mala maestra.
Por fin tocó el suelo. Pasaron uno a uno hasta que fue el turno de Evangeline.
-Es su turno princesa.
-Si profesora.
Trago saliva. No se le había ocurrido nada para evitar hacer el hechizo que logró hacerlo a los seis años gracias a una travesura de su hermano, y a la visita inesperada de Lina. Su primer hechizo realizado por el miedo a la oscuridad en ese entonces.
Ella cerró los ojos e intento relajarse cosa que era difícil, luego pensó en una luz blanca que ella creaba al alzar su mano. Eso fue lo que hizo la última vez. Aunque en el libro decía que dijera la palabra "Lux". Ella abrió los ojos pensando que no había pasado nada. Pero no era así una brillante luz blanca estaba frente a ella.
-¡Evangeline!
Dijo Madeline. La Luz que había creado era muy fuerte. Apenas Evangeline había abierto sus ojos. Luego pensó en lo que paso la vez anterior en la que se desmayo y no despertó hasta en día siguiente. En ese momento la luz desapareció.
-Excelente princesa.
-Si. Princesa eso fue genial. Ya vio que yo apenas pude hacer una pequeña esfera de luz.
-¿Evangeline?
Lina se acercó a la princesa.
-¿Qué sucede profesora?
-¿No te sientes cansada, o mareada?
La joven negó con la cabeza. Era extraño. Eso no le había sucedido la vez anterior.
-Disculpe princesa ¿está segura?
Preguntó Nathaniel.
-Si. Me siento bien.
Al escuchar eso Nathaniel se sorprendió un poco pero intentó no demostrarlo. Luego desvío la mirada. Eso para el era muy extraño.
-¿Crees que puedas realizar el otro hechizo?
-Ah no estoy segura. Lo intentaré.
Cerró los ojos e intentó concentrarse pero no logro realizar el hechizo. Abrió los ojos y se dió cuenta que tenía razón. Ella miro al suelo y vio que nada había sucedido.
-Tranquila princesa. No se presione. De seguro pronto podrá realizar el hechizo. Tal vez ahora no pudo por la energía que gasto para el hechizo de la luz.
Ella asintió y volteó a ver a su hermano. Era el que aún no realizaba ningún hechizo.
-Es tu turno Bastian.
-Si Evangeline.
Todos observaban a el pelinegro. Lina ya se había alejado de Evangeline. Bastian realizó normal el hechizo de la luz. Ahora era la hora del otro. Se concentró y en poco tiempo se encontraba volando por los cielos.
-Se elevó mucho el príncipe.
-Si Anthony.
Afirmó Lina. Bastian miraba a bajo a sus compañeros y maestra. Se sentía feliz. Podría quedarse ahí para siempre. Era algo que no se podría describir. Una sensación de emoción, gusto y miedo. Hasta que recordó a su hermana que no había logrado volar. Pensó en hacer que de una forma ella igual volará. Una idea llego a su mente. Pensó en descender y así lo hizo. Caía rápido, cosa que a todos sorprendió, pensaban que se había cansado o desmayado.
-¡Bastian!
Evangeline pensó en ayudar a su hermano. Intentó volar pero no lo logró. En cambio Nathaniel y Anthony se elevaron del suelo y salvaron al príncipe de una grave lesión segura. Los tres tocaron el suelo.
-Bastian. ¡Príncipe! ¿Se encuentra bien?
Todos se encontraban preocupados. Más Evangeline. Bastian la observó. No podía pensar en que su plan no funciono.
-Si. Me encuentro bien. Gracias por salvarme Anthony y Nathaniel.
Evangeline abrazo a Bastian. Seguía asustada por lo que le pudo haber pasado. Él correspondió el abrazo.
Ya comenzaba el sol a descender. Se quedaron unas horas más para que descansaran todos. Ese día habían comido fruta que encontraron en los árboles. Ya regresaban al palacio. Nathaniel iba junto a Evangeline vigilandola junto con Madeline de cualquier desmayo que le pudiera ocurrir. Nathaniel en cualquier caso podría ayudarla. Era más fuerte que Madeline y Liliane. Al mismo tiempo Liliane y Anthony cabalgaban junto a Bastian. Liliane cabalgaba a lo último vigilando a los menores.
En cambio Evangeline y Bastian el mismo problema les rondaba la cabeza: ¿Porque Evangeline no pudo realizar el hechizo?
A.F.Yoshimi:3
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El secreto de la dimensión
FantasyDos hermanos mellizos tan parecidos y diferentes aprenden sobre magia y al mismo tiempo guardan un pequeño secreto con su familia y amigos.