Primeros Brotes de una Flor

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Mi historia comienza en la ciudad de Fort Worth, donde habite la mayor parte de mi infancia y mi juventud, aun conservo recuerdos muy profundos de aquella ciudad que me vio crecer la mitad de mi vida aunque antes no era una ciudad muy conocida la mayoria de los pobladores eran personas muy amables con las que podias pasar un rato agradable con ellos.

Durante ese transcurso del tiempo pude hacer muy buenos amigos, aunque son pocos con los que llegue a hacer una fuerte amistad valio la pena pasarla con ellos, ibamos todas las mañanas juntos a la escuela con la tipica bicicleta de los 80 con una certa en la parte inferior y un asiento adicional en la parte trasera, mas bien era un desarmador de gluteos, despues de sentarte alli por media hora sin moverte, ya no necesitarias un asiento trasero, sino una silla de ruedas para poder seguir el camino, incluso un dia trate de martillar el asiento con la forma redondeada de una nalga para probar si asi seria mas comodos, pero igual no funciono, ahora daba dolor de espaldas. Lo que quiero decir es que todos los dias ibamos juntos a la escuela y por la mitad del camino siempre teniamos que parar para un descanso, porque Thonny siempre decia que el desayuno le quitaba las energias y por sus descansos siempre llegabamos justos de tiempo o incluso unos minutos despues de que la clase haya empezado.

Era nuestro primer dia de clases despues de haber pasado juntos las vacaciones de verano planeando nuestras futuras aventuras en el parque mas cercano que teniamos, la verdad no lucia nada mal el parque, aunque no le daban mucho mantenimiento seguia conservando su estado de campo de guerra, con sus trincheras y ductos subterraneos por si era necesario una evacuacion.

Una noche de verano decidimos poner en marcha nuestro plan de caza nocturna, Thonny y yo le dijimos a nuestras madres que iriamos a la casa de Thom, en cambio Thom iria a mi casa, nada de eso era cierto ya que nos ivamos a quedar a acampar en medio del parque e imaginar toda una historia de guerra en una noche. El cielo estaba completamente despejado, tanto que podiamos contemplar el destello de cada estrella que lograbamos ver, para nosotros eran misiles del enemigo que se acercaban a gran velocidad, la noche se fue alargando hasta que pudimos reconciliar el suelo y dormir las pocas horas que nos quedaban, a la mañana siguiente yaciamos en medio del parque desparramados con la policia y nuestras madres encima de nosotros.

Suspiros de una Guerra PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora