14: ¡A cocinar!

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-¡Cuidado chocas!- dije riendome pero mi advertencia había llegado tarde, Illel ya había chocado contra la pared de mi cocina
-No importa- respondió riendo mientras me besaba, mis manos rodeaban su cuello y el me cargaba con sus manos puestas en mi trasero
-Esto no pero mi jarrón si
-Te compro otro y solucionado
-Si claro, no se donde encontraras otro igualito a menos que se lo encargues a mi mamá- a este se le saltaron los ojos y comencé a arquearme debido a la fuerza con la que me reía
-Es una broma, ¿no?
-No, no es broma mi mamá lo hizo y decoro para mi graduación
-Ay no, pero te hago otro y listo- dijo tratándose de convencer, yo asentí divertida
-Ahora a cocinar que hay hambre en el ambiente- este me soltó no sin antes darme un pico y empezamos a buscar los ingredientes para hacer una pizza hawaiana, la verdad no hacia una desde hace un buen tiempo y él creo que nunca, así que por el bien de mi cocina y estómago espero que salga bien

...

-¡Toma esto!
-¡Toma!- grito mientras nos lanzamos harina, ya la pizza esta en horno pero a mi amigo "accidentalmente" me regó harina y yo "no me había dado cuenta" cuando puse mi mano en su rostro y esta tenia harina. Ahora se desato una mini guerra
-¡Mi cabello no!- grito mientras corro, el me quiere lanzar harina en mi lindo cabello que tanto esfuerzo me ha costado
-Ahora te acobardas
-Se llama precaución- digo mientras le lanzó un poco y le cae en su cuello, rio
-¡Auch!- exclama, sigo riendo y un poco aterriza en mi espalda baja haciendo que me endereze demasiado
-¡Oye!- lanzo otro poco pero choca con la pared, él esta en una esquina de mi sucia cocina, abro mi refrigerador, tomo algo de agua pero cuidadosamente agarro un poco y mientras cierro la puerta coloco el vaso atrás de mi espalda, con la otra mano le lanzo harina, el se agacha a limpiearse, seguidamente me acerco y el agua helada cae en su cara y torso, hace una expresión increíble y yo rompo a reír.
Segundos después me alza, quedo como costal de papas y mientras grito y rio, comienza a dar vueltas, pero el pito del horno nos detiene, me baja aún riendome al igual que él, me pongo unos guantes, el abre la puerta del horno, saco la pizza y rápidamente la pongo en la mesa del comedor
-Huele bien- opina Illel
-Si pero la ojalá sepa bien
-Buen punto- dice riendo
-Bueno a probar- digo mientras recorto un par de pedazos, se lo di, agarre el mio, y ambos le dimos una mordida
-Rico- decimos al unísono y reimos un poco.

Amigos con derechoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora