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*Mica*

El miedo que sentía hasta en mi propia casa era terrible. Todos estaban buscando a ese loco, pero no había ni una noticia de el, no había rastros, estuvo en mi cuarto mientras yo dormía y nadie lo había visto.

Esto es una mierda... ¡¡Una puta mierda!!

Me sentía en peligro todo el tiempo, no podía estar cerca de las personas sin que un temor me hiciera temblar los huesos. Mi padre, mi hermano,mis amigos y hasta la policía me cuidaba, pero aún así me sentía desprotegida.

-Mica a comer.-grito mi hermano desde la cocina. Antes de bajar cierro mi ventana con traba y cierro las cortinas.

-Huele bien.-intente sonreír. Quería que todo pareciera normal, como si el nunca hubiera aparecido.

-Obvio lo cocine yo.-bromeó Lucas.-Esta noche tengo que buscar a Flor a la facultad. ¿Querés ir?

-No, voy a lo de Dali.-Flor era la novia de mi hermano, nos lleva vamos muy bien, era divertida y muy linda.

-Bueno, pero con cuidado.-beso mi frente.

-Tranquilo, me viene a buscar Dali con su papa.

Luego de comer, limpiamos un poco la casa ya que era un desorden. Dormí un rato luego me levante y me bañe, me puse un jeans ajustados, un remera negra y una campera gris.
Al bajar veo a lucas listo para irse pero comenzó a dar miles de vueltas para no dejarme sola, lo convencí de que se fuera, beso mi frente me dijo lo mucho que me quería y que me cuidará mucho.

Me puse a ver tele, siento un escalofrío en mi espalda, me giro lo más rápido que puedo pero no veo a nadie seguro son mis nervios y mi cabeza, me relaje y me senté un poco más derecha en el sillón.

La luz del jardín se apaga, miro en esa dirección  intentado ver algo pero no lo logro, escucho como quieren abrir la puerta que da al jardín, mi corazón se dispara, mis piernas me tiemblan e intento respira bien.
En un momento todo quedó en silencio... pero al instante alguien en pieza a golpear la puerta, gritando mi nombre desesperadamente. Gracias a mi instinto pego un brinco y salgo corriendo para la entrada, cuando por fin abro la puerta. Me encuentro con Dalila y su papa subiendo las escaleras del porche.

Me intente tranquilizar, no quería asustarlos. Cerré la puerta tranquilamente y respire profundo.

-Mica, ¿Estas bien?.-pregunto Dali, poniendo su mano en mi hombro.

-Sí,  sólo me quede dormida y tuve un pesadilla.-mentí, no quería decirles la verdad, capas EL les hacía daño y no iba a permitir eso.

-Bueno... vamos. 

ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora