Capítulo Uno

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Todo era un cuento de rosas, como siempre, no sé si se tratase de un amigo o no, no lo lograba destinguir bien mas que el hecho que claramente su silueta demostraba ser hombre, pero de un momento a otro cada uno era arrastrado, yo por las olas y el por la mismísima oscuridad.

Siempre me pregunto de que tratá el sueño, pero no sé si ese es el fin o es la jodida alarma que me despierta para ir a la escuela, como ahora.

Frunci levemente el ceño antes de apagarla, no queria levantarme, anoche me había quedado hasta tarde mirando como hacian el jodido riñón para la clase de biología, lo peor era que ni siquiera estudié sus funciones y todo. Me levanté pesadamente y fui directo al baño para hacer la misma rutina de lunes a viernes, o sea...lavarme los dientes, lavar mi cuerpo, vestirme, una peinada loca y ya estaba listo.

7:45 am...¡Voy atrasado otra vez!. Agarré mi mochila y el jodido riñón antes de salir corriendo de casa, sin antes despedirme de mi madre y corrí como si mi vida dependiera de eso, biología me tocaba a la primera hora y no podía darme el lujo de hacer que Annabeth se sacará mala nota y más aun cuando ella fue quien hizo todo el trabajo manual.

Gracias a los Dioses logré llegar antes de las 8:00 am y ahí estaba mi amiga, Annabeth, esperándome en la entrada y con una expresión preocupante, solo me acerque con sigilo mientras ella mirada el suelo y no dejaba de mover su pie.

- ¡Buuh! - Fue lo primero que deje salir casi como un grito a lo cual ella en seguida dio un brincó del susto.

- ¡Percy, no hagas eso!. - Respondió de la misma manera pero frunciendo levemente el ceño.

- Vale...vale...lo siento, pero parecías que te hacia falta un susto, porque del riñón no lo harás...~ - Dije totalmente victorioso mostrándole la bolsa en donde venía el queridísimo riñón.

- ¿Seguro que no lo has roto ya, Percy?. - Mencionó antes de ver el interior lentamente, esperando no encontrarse una sorpresa. Al ver que todo estaba bien, pude oír su suspiró de alivio, en parte me sentí algo ofendido; sonó la campana.

- ¡Vamos a llegar tarde!.- Grite casi con desesperación, a pesar de estar en la entrada el profesor era demasiado, pero demasiado puntual por lo que agarré del brazo a Annabeth antes de salir corriendo al laboratorio.

- ¡Con cuidado que puedes dar vuelta el trabajo!.- Bla, bla, bla, lo sabia, no tenía para que repetirlo tanto, me estaba ofendiendo, por favor..no soy tan torpe, ¿O si?.

Pudimos llegar a tiempo gracias a que el profesor alardeaba con una apoderada, de seguro alguien ya metió la pata.

- ¡Niños, tomen asiento y pongan atención!.- Logro decir el profesor que medira..¿1,56?, al menos se lo tomaba con gracia cuando se burlaban o le tiraban tallas.

- He...profesor.- Trato de llamar su atención algo tímida, se trataba de la nueva secretaria de la directora, si no me equivocó era la sobrina.

- ¿Si?. - Volteó a verla. No pude ver bien lo que se encontraba a fuera a decir verdad, pero la expresión del profesor fue como "Se me habia olvidado".

- Di Angelo, entra. - La joven secretaría empujo levemente al chico el cual entró de inmediato sin mirar a ni uno de nosotros o al profesor.

Cabello negro al igual que su ropa...y..casi todo a decir verdad, era pálido, por lo que sus ojos negros resaltaran más, claro, a mi parecer.

- He..bueno, el es Nico Di Angelo, será su compañero desde el día de hoy. - El profesor dijo, mirando al chico y luego a los demás alumnos.

Las Sorpresas De La Vida [Percico♡✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora