La mujer

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-Escucha sólo te llamaba para avisarte que no iremos a casa esta noche, tu padre y yo estamos en una reunión con amigos del trabajo y no iremos hoy para allá, a tus hermanos los dejé con mi mamá y recuerda cerrar bien las puertas... ¿Okay?

-¿Heybert estás ahí?

-S-sí mamá aquí estoy, está bien, nos vemos luego.

Colgué enseguida y me quedé pensando un momento, estaba en serio asustado, lo único que se oía era mi corazón latir fuertemente, mis piernas estaban un poco temblorosas y mis patillas comenzaban a sudar, estaba en shock. Respiré profundamente y me repuse, volví a mí.

Tomé un Bat, era lo único que encontré en mi habitación que se asemejase a un objeto de defensa, pensé en ponerme las chanclas para salir pero me di cuenta que con ellas haría más ruido. Tomo la manilla de la puerta la cual está prácticamente congelada, la giro poco a poco, abro lentamente la puerta y ahí es cuando me doy cuenta que mi puerta no hace ruido al abrirse.

Asomo mi cabeza y miro a los dos lados del pasillo, no hay nada. Camino hacia la cocina lentamente para ver qué provocó el ruido de los platos pero ahí todo estaba en su lugar, cada plato colocado ordenadamente en su lugar y el piso y empotrado relucientes... Mi madre en serio cuida su cocina.

Cuando ya estaba a punto de irme veo que hay en la mesa una nota qué, aparentemente, estaba escrita con sangre y es como si fueran utilizado los dedos para escribir dicha nota.
Decía: "Ve a dormir"

Volví a sentir la debilidad en mis piernas y al subir la mirada estaba una silueta detrás del mueble principal de la sala, corrí a mi habitación sin pensarlo, al hacer el movimiento brusco el bat se me resbaló de las manos pero no presté atención. Ya casi llego a mi habitación y casi al entrar la puerta se cierra en mi cara, la respiración se me detuvo y otra vez ese silencio oscuro se percibía en toda la casa, a este mismo lo rompe una suave risa de una mujer mayor que escucho detrás de mí.

Decido voltearme y al hacerlo lentamente no hay nada, esto me alivió un poco pero al voltearme para abrir la puerta de mi habitación veo que esta ya está abierta y ahí estaba, sentada justo en el medio y borde de mi cama una mujer como de 40 o 45 años, tenía un vestido blanco que cubría todo su cuerpo y dejaba al descubierto solo sus manos y sus pies, los cuales lucían sucios al igual que algunas partes de su vestido, está frente a mí pero no me mira, su cabeza está inclinada hacia abajo mirando el suelo. De un instante a otro sin hacer ningún movimiento físico está de pié su vestido ahora le cubre sus pies y sus manos, se ve aún más espeluznante.

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Esta noche se actualiza su último capítulo, que lo disfruten†.

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