El Amor No Es Juego [KaiMiku] [GakuLuka] [LenRin]

Capítulo 10: "Ellas"

Narra Kaito

Me dejó

Se fue

¿Cómo fué que pasó?

Esto

No es posible

Debe ser una broma

Sí

Eso debe ser

Ella volverá

Yo lo sé

Esto solo es un mal sueño

Sí

Es un mal sueño

Narra Miku
Quise pensar un poco sobre lo que le diría a mi hermano, mientras miraba por la ventana. Cuando de la nada recuerdo algo importante.

— ¡Rin! - exclamo llamando su atención

— ¿Ocurre algo Miku? - me responde un poco curiosa

— Por casualidad ¿Tomaste la maleta que llevaba?

— Si, la llevé a mi hogar

— ¿Crees que puedas traerla antes de que mi hermano venga?

— Claro, yo vivo cerca de aquí; no tardaré mucho ¿Sí? - decía mientras salía de la habitación.

Mientras ella iba a buscar eso, comencé a ordenar mis pensamientos.
1. Estoy en un hospital
2. Estaba embarazada
3. Dejé que Kaito abusará de mí
4. Aborté debido a eso
5. Y recientemente, he tenido sueños muy raros donde lo veo llamandome

Y eso sólo pasó hace una semana

Narra Kaito

Hace 3 días

Había despertado en mi recámara, me sentía extrañamente raro, como asqueado; vi que solo estaba con la parte superior de mis prendas. No tendría que ser ningun genio para saber lo que paso. Me levanté de mi cama para buscar a Miku. Siempre va a bañarse luego de alguna ronda. Cuando llegué al baño me di con la sorpresa de que la puerta estaba abierta. Entró y reviso el lugar con la mirada.

Veo que en el lavatorio hay ratros de un líquido carmesí seco, vi que estaba escurriendo de un paño lleno de él; al percatarme de eso fijó mi mirada en el piso y es cuando veo pequeñas gotas en el suelo. Cuando sigo el rastro veo que hay dos caminos; uno en el que las gotas son más visibles y otro que guía a la sala. Sigo el primer camino y veo con horror que lleva a mi recámara.

Inspeccionó la habitación y veo ropa rasgada, por no decir rota en su totalidad, y las sábanas llenas de sangre. Me empecé a asustar.

— ¡Miku! - la llamó sin ningún resultado

Corró por todo el lugar buscando algún indicio de que Miku esté ahí pero no encontré nada; y fui al último lugar que se me ocurrió seguir, la sala.

— ¡MIKU!

Corró desesperado y ansioso de encontrar respuestas, cuando visualizó dos pequeñas notas, una doblada y otra que es una carta.