9. Grupo Shinzensumi: ¡Emboscada!

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...Sus ojos azules resplandecieron, vacíos, mirando lo que su titiritero miraba desde el templo, mientras la pareja se alejaba.

La curvatura inocente en los labios de Oshinaro comenzó a tergiversarse lentamente hasta moldear una mueca rabiosa y deforme― Te dejé todo el día con él. ¡Doce horas! ―bramó, dándose vuelta― ¿Acaso no fue suficiente tiempo a solas para hacer el trabajo?

La insípida expresión en el rostro de la rubia, por otro lado, se mantuvo― Incluso inconsciente de mis ataques, sus defensas mentales resisten firmes. ANBU lo entrenó para eso, sabíamos que no sería fácil. Además, el procedimiento debe hacerse mientras se encuentre en un estado mental completamente relajado, de otra manera esas defensas se endurecerán y obtendremos el resultado opuesto a lo que deseamos. Tampoco ha sido fácil mantener el contacto físico necesario... ―y sin inmutarse agregó―: Se trata de una operación muy delicada, no espero que la entiendas.

El castaño se apretó el tabique de la nariz en un intento por despejar su ansiedad. Ya había escuchado el plan tantas veces que se lo sabía de memoria: sí, el contacto físico era obligatorio para que la técnica de lectura de mente, mejor conocida como Kokoro Ga Dokusho, del clan Yamanaka, hiciera efecto; pero también era prioridad que Kakashi no se diera cuenta que se estaban infiltrando en su mente para que sus defensas no lo bloquearan, por lo que la persuasión sobre la coacción era la premisa... aunque, a decir verdad, la solución que se habían planteado para lograr eso estaba resultando más difícil de ejecutar que haber secuestrado a un Yamanaka de Konoha en sí― Ese idiota no se dejará seducir con Sakura cerca.

―Razón por la cual debemos usarla a ella. ―Y antes de que Oshinaro pudiera intervenir, continuó―: ¿No lo ves?, su relación con esa chica es una ventaja para nosotros. Usándola, en vez de Ino, será más fácil hacer la conexión.

Oshinaro la miró con el ceño fruncido en una mueca que destilaba odio― Ikomato, esta mañana me dijiste que no podías meterte en la mente de Sakura.

―No con los pergaminos de Kinjutsu bloqueándome, son demasiado poderosos, incluso cerrados. Pero si la traes a la guarida y te aseguras de que no los lleve consigo, sólo necesitaré unos segundos con ella ―volteó ligeramente hacia su izquierda, por donde sabía muy bien que pronto regresaría la "feliz pareja"―. Después de eso, Hatake no se dará cuenta.

No querrá darse cuenta.

―Manipular a Sakura no te servirá de nada ―insistió Oshinaro―, ella no es una Yamanaka, no puede usar el Kokoro Ga Dokusho...

―Servirá para bajar esas malditas defensas mentales y eso es lo único que necesito ahora ―interrumpió mordaz el hombre que canalizaba sus pensamientos a través de unos labios que no eran suyos.

El castaño se cruzó de brazos y su irritada mueca floreció en una sardónica sonrisa― ¿O sea que las controlarás a las dos al mismo tiempo? Hmp... ¿Podrás hacer eso?

Ikomato ignoró el comentario sólo para responder lacónicamente momentos después, al tiempo que volvía a mirarlo a través de los vacíos ojos azules de Ino―: Meshimi-sama está perdiendo la paciencia. Después que terminemos con Haruno, desaparécela como más te plazca pero que no queden cabos sueltos. De ahí en adelante sólo necesitaremos a la Yamanaka. Ahí vienen.

Cuando Oshinaro vio como Kakashi tomaba la mano de Sakura, algo en él le hizo molestar y apretó los puños entre sus bolsillos, desviando la mirada. El portador del Sharingan notó esto y soltó la mano de Sakura tras caer en la cuenta de que aún la tomaba.

―Por fin. Ya me estaba empezando a preocupar ―fueron las palabras con las que Oshinaro los recibió. Sonrió con picardía y se separó de la baranda del puente donde había estado descansando―. Por un momento pensé que tendría que llamar al Kazekage.

Su Más Bella SonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora