Q U A T T U O R

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No lo podía creer.

Jimin. Estaba. En. El. Apartamento. De. ¡Jeon Jungkook!

Jimin, para ser sinceros, nunca se imaginó que podía llegar a tener una oportunidad para conocer a la persona que admiraba hace más de cuatro años; estaba demasiado feliz y emocionado.

Ya estando en el apartamento de Jungkook, se dio cuenta que ya habían muchos muebles y objetos colocados en un lugar respectivo. En realidad, a Jungkook, no le faltaba algo más que poner. ¿Para qué la ayuda de Jimin? Tal vez sería la ropa, uno no sabe.

—¿E-en qué necesitas ayuda, Jungkook?– se pegó mentalmente por andar tartamudeando, debía calmarse un poquito.

—En realidad, sólo meter ropa y los edredones... Bueno, también unos vasos, platos, cubiertos y esas cosas.– dijo, mientras contaba con sus manos.

—Ah, bueno, no necesitas ayuda en cosas más grandes, al menos. ¿Dónde están todas esas cosas?– bien, no estaba tartamudeando.

—Están en las cajas de afuera, pero eso lo podemos hacer después... ¿Quieres sentarte?– señaló el sillón de cuero color rojo oscuro.

—¿No quieres hacerlo ahora? Tal vez así hablemos un poco.– sonrió nervioso. —Bueno, supongo que íbamos a hacer eso en el sillón ahora mismo, pero para que hablemos más, ¿no quieres hacerlo ahora?– jugaba con sus lindas y pequeñas manitas, mientras miraba algo que no fuese Jungkook. Tierno, pensó Jungkook.

—Bueno, creo que es una mejor idea. Mejor terminamos con el trabajo primero, ¿no?– rió levemente. —Vamos por las cajas.– dijo y empezó a caminar hacia la puerta para después meter las cajas.

—Espérame.– Jimin trotó hasta llegar al lado de Jungkook.

—Bueno, Jimin.– el mencionado casi muere al escuchar su nombre salir de la boca de Jungkook; Jimin se sentía tan... Tan especial en ese momento. —Yo agarraré las cajas de la izquierda y tú las de la derecha.– volteó a ver al mayor. —¿Entendido?– preguntó con una pequeña sonrisa sin mostrar sus dientes. Jimin asintió con la cabeza.

Luego de haber colocado cada cosa en su lugar, se sentaron en aquel sillón de cuero color rojo oscuro que se miraba no tan cómodo. Pero luego de que Jimin se sentó allí, cambió completamente su opinión. El sillón era increíblemente cómodo.

Solo faltaba colocar los platos y los cubiertos en los gabinetes, pero, fuera de eso, todo estaba listo.

—Y cuéntame, Jimin... ¿Quiéres jugar a algo?– preguntó Jungkook con una linda sonrisa, la cual ocultaba malicia cosa que Jimin no se dio cuenta.

—Está bien.– se sorprendía y se sentía orgulloso de sí mismo al darse cuenta de que no tartamudeaba ya al hablarle. —¿Qué es?

—Las cincuenta preguntas...– Jimin la tomó una buena idea e iba a responder afirmativo, pero, al parecer, Jungkook aún no había terminado. —Incómodas.

Jimin casi se ahoga con su propia saliva al imaginarse qué preguntas podría Jungkook hacer, le daría vergüenza si este preguntara alguna de las cosas que Jimin estaba pensado.

—E-está bien.– respondió jugando con sus manitas. —¿Empiezas tú?– preguntó, mientras un ligero rojo carmín aparecía en sus regordetas mejillas.

—Claro, déjame pensar...– dijo Jungkook haciendo pose de pensativo. Jungkook ya tenía un plan hecho, este chico que tenía enfrente le prendía y bastante. Tenía cada pregunta –las más incómodas– pensada. Pero empezó con una ligera. —Primero que nada; ¿cuántos años tienes?

LoveTube • KOOKMIN (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora