Su primera cita

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—¡Ya vaaaaa!

Si había algo que Hoshi detestaba con la fuerza de todo su corazón y cuerpo era que la despertaran de su pesado sueño. Y el timbre había estado sonando durante casi 10 minutos a en los cuales la kunoichi intentó en vano ignorarlo hasta que el sonido se hizo irreparablemente torturador.

—¡Ya va! ¡Ya va!— vociferó —. ¡Ya va!—Su cuerpo salió bruscamente de las sábanas rosadas. Su pie se había enganchado en una por lo que cuándo intento salir de ella casi se vio desparramada en el piso y con unos dientes menos.

Pero sobrevivió a la caída exitosa y acomodándose el viejo remerón que utilizaba como pijama, bajó pesadamente las escaleras de aquella casa que mucho le faltaba para ser la suya y que en esos quince días aun no podía sentirla propia.

Porque después de la huida de su prima, esta ultima le había dejado en su poder su propia casa, a modo de disculpas por cada mal rato que le había hecho pasar. Y Hoshi la acepto, no le quedaba de otra. Su casa había quedado destruída luego de la invasión de Pein y ya no que daban rastros de lo que era su confortable hogar.

—La puta madre—Se quejó porque al querer abrir la puerta (De manera violenta, claramentr) el picaporte se trabó y tuvo que sacudir la madera varias veces para que por fin cediera. Cuando la abrió, sus ojos café con un par de ojeras notables debajo se entrecerraron con odio al ver el sujeto que yacía allí afuera

—Holaaaa

"¡Bendito seas Kakashi!" Pensó.

Ese sujeto. Ese sujeto de cabello plateado rabioso. Y unos orbes tan negros como el carbón o a veces tan grises como el humo tenía el don de aparecer cuando Hoshi menos lo deseaba. Es decir, Siempre.

—¿Qué quieres?

Kakashi le sonrió impasible. Su semblante tan calmado ponía de los pelos a la Kunoichi que seguía nadando en un mar de confusión respecto al sensei del antiguo equipo 7.

—Bueno yo—comenzó llevando ambas manos a los bolsillos. A Hoshi le llamó la atención la extraña mirada que llevaba aquel día. Una que rara vez había visto en el peliplata—...Me preguntaba ¿Querrías ir a caminar un rato?

Hoshi llevó las comisuras de sus labios hacia abajo y negó despectivamente —Si hubiera querido ir a caminar ya lo hubiera hecho—contestó maleducadamente e intentó cerrar la puerta que chirriaba cada vez que se movía.

Kakashi la detuvo con uno de sus pies. Luego puso su mano. Hoshi empujó, pero tenía que reconocer que no tenía la mínima parte de la fuerza del peliplata y se dio por vencida.

—¿Porque mierda no me dejas cerrar?

Ese era uno de los grandes defectos de Hoshi. Decía muchas malas palabras. Pero a él no le interesaba tanto, al menos no después de su distanciamiento.

—Tienes que salir Hoshi—murmuró seriamente, mientras clavaba sus ojos en los de ella—. Ni siquiera estas yendo a trabajar.

—Dahhh, tengo vacaciones, idiota—se cruzó de brazos. Su cabello enmarañado se agito por el movimiento. Aquella cabellera castaña estaba casi tan arruinada como la puerta de aquella casa a causa del poco cuidado que le daba.

—Tus vacaciones terminaron ayer.

—Claro que no—le espetó sabiendo que mentía—. Mis vacaciones terminan cuando yo diga.

—No es así, Tsunade te despedirá si no te apareces a trabajar en estos días.

—Que me despida—quiso cerrar la puerta otra vez. Y otra vez Kakashi la detuvo.

Su primera cita /Kakashi Hatake/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora