Encuentro

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Narra Serenity

-Es la primera vez que me quedo a limpiar la tienda como castigo... ¿Acaso eso es legal?- Reproché enojada mientras pasaba un trapo húmedo sobre las pequeñas mesas redondas de madera que adornaban el café, dándole un toque un poco rústico y acogedor.- No lo sé, tal vez no sabía que acciones tomar ante lo que hiciste, creo que eres la primer persona que lanza una jarra de café a lo loco y se tumba a llorar como una bebé abrazando un pedazo de papel mientras atendía a dos clientes-. Contestó Hyuna riendo. Ella era una gran amiga, tan buena, que se había quedado a acompañarme mientras cumplía mi "castigo".-Lo demandaré-. Dije de decidida a terminar con la explotación a trabajadores extranjeros.- Claro Genia-. Despeinó mi cabello en forma cariñosa.- Y luego, cuando te despidan, ¿Como planeas sobrevivir? Te recuerdo que aún te faltan dos años para recibirte, y un despido por desacato en tu currículum te dañaría permanentemente, no conseguirias trabajo jamás, no podrías pagar tu renta o tu comida y tendrías que volver a Atlanta...-. Me contestó mirando hacia afuera, como si no le importara cuanto me dolieran las palabras que me había dicho, por eso la amaba también, sabía como devolverme a la realidad.-Odio cuando tienes razón...-. Refunfuñe molesta.- Aunque fue divertido ver al cliente molesto por mi actitud de adolescente-. Dije sonriendo al recordar la escena del hombre o "Señor Mandón" reclamandole a mi jefe, sonrisa la cual se fue instantáneamente al recordar el momento en que recibí mi castigo.- Ufff... Olvídalo-. Tiré el trapo por algún lugar del lavamanos y me senté rendida junto a Hyuna en uno de los taburetes que acompañaban la barra, luego cerré mis ojos para descansar unos segundos.- Oye... ¿A qué hora salía el último subterráneo hasta tu casa?-. Preguntó mi amiga un poco temerosa de la respuesta.- A las nueve... ¿Por qué?-. Respondí confiada.- ¡Son las nueve menos diez!-. Contestó exaltada, a lo que yo abrí mis ojos y la miré fijo, luego miré al reloj para comprobar si era cierto, y si, era cierto...- ¡Empieza a correr, yo cierro!-. Ni bien pronunció las últimas palabras, tomé mi abrigo y salí corriendo por las calles de Seúl, la cafetería se encontraba en pleno centro, por lo que la estación se ubicaba a cinco minutos de allí; Aquí iba yo, una chica con un delantal un poco sucio y un abrigo a medio abrochar corriendo por las mojadas calles, por que si, para mí gran suerte había comenzado a llover... Cerré mis ojos con fuerza al sentir la molestia de las gotas caer en su interior, hasta que choque con una persona, que por la ley de gravedad me obligó a caer, al igual que a...¿Ella?.-L-Lo siento...-. Tartamudeé al ver a una chica sentada en el piso tomando fuerzas para levantarse.- N-No... Disculpa, estaba perdida y no ví que me interpuse en tu camino-. Contestó ésta hablando inglés ya de pie, extendiendome la mano para ayudarme a levantar, la cual acepté. Al verla a la cara, pude notar que era extranjera, tenía ojos color azul, cubiertos por unas gafas al estilo "Hipster", un gorro color violeta que se posaba sobre un cabello mojado color marrón, ella tenía rasgos perfectos, tanto que me daban un poco de envidia.-E-Espera, dijiste ¿Perdida?-. Pregunté, hablando el mismo idioma, curiosa alzando una ceja, por lo que esta sonrió.- Si...Ah espera-. Comenzó a buscar un papel en su bolsillo.- ¿Sabes donde queda este hotel?-. Preguntó mostrándome este.- Lo siento, yo iba a...-. Dije mirando el reloj en mi muñeca, el cual marcaba las 9:05hs y suspiré desanimada.-Lo perdí...-. Susurré.- ¿Perdiste qué? ¿El tren?-. Preguntó la chica.-Si...El último que me llevaba a casa-. Contesté un poco triste.- Em...Si me llevas a esa dirección... Le pediré a mi chófer que te lleve a tu hogar...-. Afirmó ésta pensando bien cada palabra que decía...¿Acaso dijo chófer?, Le quité el papel de la mano y lo leí bien "JW Marriott Dongdaemun Square Seoul", abrí mis ojos asombrada al leer ese nombre, era uno de los hoteles más lujosos de la ciudad, una habitación allí era casi un sueldo mío.-Acepto-. Dije sonriente, estaba claro que la chica era millonaria, y moría por ver una de esas habitaciones por dentro, llámenme interesada, pero...Si yo no hubiera aceptado, jamás la habría conocido de verdad,  jamás hubiera pasado lo que pasó y mi vida sería una aburrida vida se oficina.

~Gracias por leer ^-^, espero les haya gustado y no olviden de comentar y votar~

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