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Jos se encontraba en una cafertería con un enorme moretón en su mejilla debido al reciente golpe por parte de Bryan, estaba parado viendo fijamente el menú analizadolo con detenimiento, comer es lo más productivo que hace.
Frente de él estaba una licuadora, y había una señora de unos treinta años metiendo lo que parecía ser ingredientes para una malteada de fresa.
Al parecer hoy había demasiada gente, así que la señora únicamente metió todo y puso en marcha la máquina para después irse.

Pero pronto, está comenzó a expulsar la tapa de la licuadora haciendo salir todo el ya líquido que había dentro. Cinco segundos después la playera casi nueva de Jos se mancho de un líquido color rosa pastel y su cabello se empapó.
Toda la gente volteó a su dirección y la señora corrió hasta él.

—¡Como lo lamentó! esto jamás nos había pasado.— La señora buscaba desesperadamente un trapo—, debió ser la nueva licuadora la compraron apenas ayer.

—Deberían asegurarse de comprar productos de calidad.— Jos sólo miraba el desastre, en la desesperación y vergüenza que tenía dio la vuelta dispuesto a salir y se encontró a Alonso frente a él, sonriendo triunfadora mente.
Jos lo fulminó con la mirada y lo empujó a un señor haciéndo que éste empujara nuevamente a Alonso.
Salió totalmente enojado, jamás volveria a aquel lugar. Corrió a su casa y aún así llamaba la atención de demasiadas personas. Cuándo al fin llegó se alivió de que no hubiera nadie allí.
Tomó un baño y se cambió.

Su celular comenzó a vibrar, y un nombre no tan común para él apareció.

"Alan el mejor y más sexy ❤, te está llamando"

Definitivamente jamás le volvería a prestar su celular a su amigo.

holaaaaa Josesito, ¿Cómo estás?— Alan soltó una carcajada.

¿Qué demonios?— Jos contestó confuso.

Ve el vídeo que te acabo de mandar... Lo siento Yoz.— Y volvió a reír para después colgar.
Bufo cuando escucho su apodo, para luego dirigirse a Whatsapp y vio el vídeo. Lo vio y se encontró con eso... ¡Era él en la cafetería! Y después sucedió lo que tanto rogaba que no sucediera, apareció su hermosa escena con la licuadora.

—Mierda... ¿Cómo consiguió eso Alan?— susurró para sí mismo.
Su mente pareció brillar, Alonso tenía un teléfono en la mano cuándo todo sucedió, ¡El había sido!

DÍA SIGUIENTE.

Su pierna subía y bajaba. El día de hoy había examen sorpresa y hay estaba él con su lápiz mordisqueado y su goma caliente por frotarla tanto tiempo en la banca. No tenía ni idea de lo que debería contestar pero para Alonso parecía ser lo demasiado fácil cómo para pararse de su banca y entregarlo para después sonreír satisfactoriamente sabiendo que tendría un bien merecido diez o nueve talvez.

Jos sólo quería ahorcar a Alonso, esa mañana toda la escuela se había burlado de él. Jamás se había sentido tan humillado desde que tenía 5 años.
Definitivamente hablaría con Alonso, y no sería de la mejor forma.

—Chicos último minuto.— Habló su prefesor. Jos dejó de pensar o el intento que hacía  y entrego el examen.

«Necesitamos hablar. ¡Ahora!» Le mandó la nota al ojizarco y salió de allí

Alonso salió detrás con mirada confusa. ¿Desde cuándo Jos le hablaba así?

—¿Qué pretendes?— Jos volteó al escuchar pasos detrás de él.

—¿De qué hablas?

—¡Toda la maldita mañana se han burlado de mí! y todo es tu culpa.— Jos puso ambas manos sobre los hombros del ojizarco empujándolo bruscamente hacia la pared.

—No hice nada.— Alonso habló con una mueca de dolor por el golpe a su espalda.

—¡Tu me grabaste ayer! En la cafetería.

—No, no, no y no. Yo estuve hay, pero JAMÁS te grabe.— dijo mientras recalcaba la palabra jamás.

El pelinegro simplemente lo soltó y dio la vuelta para después irse. De verdad Jos confundía a el pelirrojo.

Otra vez esos pensamientos se aproximaron a la mente de Jos, de nuevo pensó cuán sexy se veían aquellos labios del pelirrojo cuándo hablaba, o que tan hermosos se veían sus ojos al parpadear.
"Basta Jos, basta. Sólo es lindo"  Si, definitivamente su mente no lo apoyaba.

ALONSO.

—Bebé, ¿seguro qué estás bien?— le habló Bryan al pelirrojo—, en serio, tienes que decirme que fue lo que pasó, sales atrás de Jos y después sucede esto.

—Ya te dije, me caí. Jos no me hizo nada.

—Este moretón no es de una caída.— Bryan tocaba suavemente el omóplato derecho de su pareja, justo donde tenía un enorme moretón.

—En serio me caí.— Alonso cada vez más se hartaba de que no le creyese.

—Ajá.— Bryan rodó los ojos—, ¿Tuvieron sexo, cierto?— Alonso rápidamente volteo para mirarlo sorprendido y después soltar una estruendosa carcajada.

—¿Qué?, no claro que no.— dejo de reír cuándo notó que Bryan hablaba en serio. —¿Por qué piensas eso?

—¿Recuerdas aquella vez en la que lo hicimos estando sólos en mi casa?— Alonso asintió confuso, claro que lo recordaba estuvo más de dos días sin poder caminar bien—, bueno, aún recuerdo que te salió un moretón igual. Y fue tu ya sabes...— En ese momento ambos se encontraban sonrojados.

—Te diré la verdad, pero prométeme que no le harás nada a Jos.

—Lo prometere cuándo sepa de que trata.

—No, prometelo ahora o no te digo nada.

—Esta bien.— bufó.

—Ayer, me encontré a Jos en una cafetería y una licuadora le explotó. Entonces después se enteró de que lo habían grabado y pensó que había sido yo.— Bryan cada vez dudaba más—, cuándo me habló fue para reclamarme  y cómo le dije que no había sido yo me tomó de los hombros y me aventó a una pared.

—No se si reír o llorar.— Alonso soltó una risita.

—Rie.

—Lamentó haber desconfiado de tí.— Bryan lo tomó por la nuca y acercó sus labios a los de él menor—, Te amo.— y lo besó.

Karma | Jalonso Villalnela. ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora