Nada mas llegar a una especie de salita con una mesa y poco mas, Levi sacó un llave y abrió una ventana. -Levi,¿porque Hanji suplicó por que no te ayudase como quien suplica por su vida?- pregunte sentándome en una silla de una esquina. -porque cuando ella me ayudo, su incompetencia me obligo a pegarla mucho. -¿no eras tu el del código moral? - Hanji no merece respeto. -puede que no, pero con tus entrenamientos fijo que tiene bíceps de acero. Levi me dirigió una mirada como la del día que nos conocimos. -¿quieres saber lo que causan mis entrenamientos?- se apartó de la ventana y se quitó la camiseta. Noté como me subía el color. Se acercó a mi, puso sus manos detrás de su cabeza, mostrando su (cofimpresionanteysexicof) tableta. -pégame un puñetazo con todas tus fuerzas. Hice lo que me mandó, pero no dio ni un paso atrás, ni se dobló de dolor. No dio muestras de nada. -bueno,tras esta exhibición, quiero que limpies toda esta sala. De arriba a abajo. Si encuentro una sola mota de polvo, lo limpias otra vez y haces 50 flexiones. Genial: frío, tío bueno y psicópata de la limpieza. No es lo que yo habría querido, pero el amor es ciego...vale, me he dado cuenta, me gusta un poco Levi. Un poco mucho. Vale, UN MONTÓN. Tuve que limpiar la sala 5 veces y hacer 200 flexiones. Me encantaria poder decir algo como "Levi, hijo de puta" o "puto heichou", pero no quiero. Levi me parece la perfección.
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