El último descendiente de Caín

Pulsaciones

- Venga necesitas salir un poco, Nef, llevas demasiados días en la investigación.

- Está bien, pero un rato, que apenas tengo dormido.

- No entiendo qué le ves de entretenido a la historia.

- Uy perdóneme señorita abogada, sus leyes son mucho más interesantes que mi historia sin duda.

Ambas rieron. Aina Ayame. Neferet Qandisha.

Aina Ayame es una chica de unos 23 años recién licenciada en Derecho por una de las universidades más prestigiosas del momento, Harvard. Fue ahí, en la facultad de humanidades, en la biblioteca, donde conocería a su mejor amiga, Neferet Qandisha. La familia Ayame, poderosa en Japon no concebía lazos con linajes occidentales a no ser que fueran puros negocios. Aina era diferente, era una chica completamente entregada a las injusticias y terriblemente empática. En la universidad pensamos que cada uno se dedica lo suyo y hacen infinidad de amistades pero la realidad es otra. Neferet llegó a la prestigiosa universidad a través de un selecto proceso de becas ya que ella por sí misma no disponía de los recursos económicos pertinentes para estar ahí. Nacida en el seno de una familia humilde, procede de un barrio de carácter medieval de la histórica ciudad europea de Viena. Vestía con un peculiar estilo en contraste con Aine, de un estilo mucho más delicado y sofisticado. Neferet no lograba encajar con nadie y fue por ello que Aine se fijó en ella.

De eso han pasado aproximadamente 4 años y aunque el carácter de Neferet es difícil de tratar, Aine logró hacerse con un hueco de su corazón. Actualmente, ambas licenciadas comparten un pequeño apartamento humilde en un barrio de Londres, cerca de la Biblioteca principal.

- Realmente crees que hay un perro que guarda las puertas del infierno?

- Se llama Cerberus, deberías evitar decirlo tan a la ligera, es un tema delicado.

- En realidad me resulta interesante, pero prefiero mis leyes, llámame loca.

Neferet era licenciada en historia y actualmente estaba trabajando como colaboradora en una investigación en su Universidad mientras preparaba su doctorado. Su familia no tenía estudios pero tiene el recuerdo de ellos contando numerosas leyendas urbanas, y eso curtió su intelecto y su interés hacia esta materia, y se hizo notar, siendo ella de las mejores de su promoción y consiguiendo publicar un par de investigaciones.

Ambas entraron en el bar de siempre. Dos batidos de fresa. Un escalofrío recorrió la espalda de Neferet.

- Ey estás bien?- Aine se dio cuenta.

- Si, debe ser el cansancio no te preocupes.

- O Cerberus, que te quiere llevar al infierno.

Se mareó levemente y un nauseabundo olor inundó sus fosas nasales. "Contrólate Nef", pensó.

- Voy afuera un momento.

Sin esperar respuesta de Aine, salió rápidamente. La calle estaba vacía pero el olor cada vez era más fuerte. Siguiéndolo, dio con un callejón.

- Tenemos visita

- Y tiene buena pinta...- una carcajada bastante espantosa inundó el ambiente.

Ante Neferet, tres hombres acorralaban a un chico o eso parecía. De elegante apariencia y pálido rostro iban a saltar encima de ella cuando se impuso dando un paso.

- Dejad al chico.

- Eres una ilusa.

Justo en el momento del ataque, los ojos de Neferet se tornaron de un color negro profundo y unas pupilas completamente rojas. Hizo contacto visual sin moverse con cada uno de los individuos pálidos que se quedaron estáticos al momento.

- Cl-clan...Lasombra...- ante esas palabras de uno, el horror se formó en sus caras. "Suicídate". Tras esas palabras y un chasqueo elegante de dedos por parte de Neferet, los hombres se consumieron en fuego hasta convertirse en polvo.

El chico ya no estaba.

"Ya ha empezado la eterna lucha nuevamente"