A Shared Dream

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Me encontraba frente al escritorio de mi pequeño cubículo. No hay otra persona más que yo en este lugar puesto que es tiempo del almuerzo; todos se fueron a comer con demasiada alegría, está es la única hora del día donde se puede apreciar a los trabajadores felices.

Aunque prometí no aislarme del mundo como lo que pasó con Soohyun, no me apetece convivir en ninguno de los restaurantes que están sobre esta calle y tampoco con ninguna de las personas de aquí; además de que no tengo hambre. Suelo frecuentarme con Eli y Kibum, salimos a tomar o incluso hemos ido a jugar bolos y billar; sólo con ellos y con mi hermano paso mis ratos libres ya que su compañía no me hace sentir tan solo.

Me recargué en la silla y estiré mis brazos. Había adelantado gran parte del trabajo de hoy, parece que saldré temprano de aquí. En el silencio desértico que llenaba toda la sección donde yo estaba, unos pasos se hicieron sonoros; miré el reloj, aún faltaba media hora para que regresaran los demás. Decidí no darle importancia y proseguí con lo mío.

-Disculpe, ¿Sabe quién es el señor Allen?.

Giré mi silla para quedar frente a la persona que me interrogaba. No le reconocí, posiblemente sea un nuevo empleado de otra de las secciones.

-Es un amigo, regresará en menos de media hora - le respondí en un tono amable y cordial.

Lo miré más atentamente; sobre la mediana caja que traía en sus manos colgaba una identificación junto al gafete de "Visitante". Él no era de este edificio, sino del que está al lado, en donde trabajaba Jaeseop.

-Si es un amigo, ¿Podría dejarle esto aquí? - levantó un poco la caja para que entendiera el mensaje - son las cosas que el joven Kim dejó, nadie fue a reclamarlas y me mandaron a tiraralas, sin embargo...

El hombre reposo la caja abierta sobre una esquina de mi escritorio y tomó un papel que estaba en cima de los objetos restantes.

-... éste es un pagare firmado por un tal Allen - siguió explicando pasándome la hoja - en la oficina dicen que no tenía familiares y que su único amigo era el señor Shin.

En una de las veces que Allen y yo salimos a comer junto a Jaeseop, ellos se embriagaron e hicieron una apuesta; en el televisor del restaurante se transmitía un juego de fútbol entre Estados Unidos y Corea del Sur, Jaeseop apostó al equipo americano y el patriota Kibum a su país. Ganó Corea.

El perdedor tenía que pagar la cena y todo el alcohol que se bebieron. Por más que buscó entre sus bolsas y dentro de su portafolio, Jaeseop no encontró su cartera; entonces Allen pagó todo y le dio a firmar un pagare para asegurarse de que le iba a devolver el dinero de la cena.

Al día siguiente, Allen tenía una enorme sonrisa y se repetía "¿Cómo pude hacer un pagare por una simple comida?". Kibum nunca exigió el dinero, a cambio, tuvieron unos siguientes días de risas por ese ridículo pagare.

-... me pareció una grosería tirar sus cosas, así que pregunté quién era el señor Allen y llegué hasta aquí - el hombre volvió a tomar la caja en sus manos - ¿Me podría hacer el favor de entregársela?- preguntó con miedo de que mi respuesta fuera negativa.

-Claro que sí, de hecho, Kim Jae Seop también era mi amigo.

-Que alegría, pensé que si tendría que desechar la caja - expresó con alivio.

Thousand Miles AwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora