#NoHomo

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Se encontraban en una pequeña fiesta, más que nada una junta entre buenos amigos que no se veían desde hace ya un buen tiempo. Conversaban, bebían, comían y bromeaban muy a gusto entre todos; con el pasar de las horas el alcohol que consumían comenzaba a causar efectos sobre ellos. Las conversaciones se volvían más largas y sin sentido hasta que uno a uno fueron cayendo dormidos donde fuera: en la alfombra, en el patio, en la cocina, en cualquier parte de la casa de Panes e inclusive él, que era el anfitrión, se quedó profundamente dormido en el sofá del living.

Edgar, Jaime y Nicolás simplemente no podían dormir en cualquier lugar, y además, todos aquellos posibles lugares se encontraban ocupados por sus amigos. Subieron a penas las escaleras hacia el segundo piso en busca de alguna habitación vacía en donde poder dormir. Entre tropezones y risas llegaron a la habitación de su amigo Panes que se encontraba sola y en perfectas condiciones para dormir, pero había un inconveniente: solo había una cama en la habitación y eso significaba que uno de ellos tres debería dormir en la alfombra. Se miraron entre ellos como decidiendo a través de telequinesis quien sería ese alguien que dormiría cerca del piso, pero no tuvieron que pensarlo mucho más pues Edgar, entre ebrio y cansado sin que nadie se lo dijera tomo el cubrecamas, una de las almohadas y se dedicó a dormir sobre la alfombra que de algún modo se sentía bastante cómoda en esos momentos, así que entre risas Nicolás y Jaime se fueron a acostar a la cama.

Se encontraban acostados, espalda con espalda y eso a Nicolás le daba una gran sensación de agrado y relajó, no sabía porque, pero le encantaba. Era como estar cerca y lejos al mismo tiempo, como una especie de amor indirecto; sonrió para sí mismo y se acomodó un poco más cerca de su amigo, pero por algún motivo no podía dormir. Cerraba sus ojos y estos volvían a abrirse como por inercia, fue entonces que escucho un quejido de molestia por parte de Jaime.

-Oye Jaime... -le llamó- ¿Estaí' despierto?

-Sí weon... No sé por qué chucha no puedo dormir... -dejó escapar un bufido- ¿Y tú?

-Estoy durmiendo po, es que me gusta conversar dormido -contestó aguantándose la risa el moreno-

-Aweonao, sabí' que no me refería a esa wea, -dijo son un tono divertido- ¿Por qué no podí' dormir?

-No sé weon, cierro los ojos y se me abren altiro. -se giró y pudo notar en la oscuridad la espalda de su amigo la cual hasta ese momento no se había percatado de lo grande que era- ¡Date vuelta po' maricón!

-¡Ah! ¿Pa' qué weon? -respondió Jaime sin ni una intención de moverse-

-Ya culiao, te voy a puntiar no máh -comenzó a acercarse más a la espalda de su amigo-

-¡Ya oh! –se giró lo más rápido que pudo- Te poní' maricón altoque weón.

-Es que veo esas nalgas turgentes tuyas y no puedo evitarlo, Jaimelito.

-¡No me tirí' el tufo por chonchetumare'!

-De seguro te huele el hocico a rosas a vo' po, zángano y la conchetumare.

-Igual me comeríai' –soltó el castaño-

-Vo' me querí' comer a mí, se sabe esa wea.

-Que erí' homofóbico Nico.

-¿Por qué, aweonao?

-Porque no me querí' dar un beso, osea que te molestan los gays.

-Oh el conchesumare... -Nicolás soltó una risilla- ¿Erí' gay vo acaso?

-No.

-¿Entonces por qué querí' que te de un beso?

-Porque somos amigos, hay confianza, hay –Jaime no pudo seguir hablando porque sintió los labios del moreno sobre los suyos-

-Listo, ahora cállate y déjame dormir, porfa' –Nicolás se giró, se acomodó en su lugar y cerró los ojos. Sintió como los brazos de Jaime lo rodeaban- ¿Qué wea?

-Me comiste... -contestó el castaño mientras apoyaba su frente en la nuca del moreno-

-Tú queríai'.

-Sí... -se acomodó- Buenas noches.

-... -acercó su cuerpo al del más alto hasta que sintió su espalda tocar el pecho de este- Buenas noches Jaime.

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Ps pa que no sea todo tan sad. 

-Jocho.

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