Prólogo

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8 meses, 8 malditos meses desde ese día, mi hermano aún estaría vivo de no ser por las estúpidas guerras por la baja económica, aún me contaría cuentos como cuando era chica, aún jugaríamos como dos adolescentes por más que no lo seamos todavía, aún me abrazaría para consolarme cuando estuviera triste pero no. Y todo gracias a los estúpidos rebeldes y su estúpido ejército.

Estaba encerrada en mi habitación asignada que tenía un grabado con mi supuesto nombre y por el que todos me llamaban aquí, "Proyecto158" en la parte superior de la puerta de madera desgastada ¿Qué clase de persona se llama así? Pues en el futuro, a los experimentos les ponen nombres parecidos.

Recostada en un colchón maltratado que estaba aislado en una esquina, esperando la "Hora de esconderse" para hacer lo de siempre, que era principalmente, matar. Ya ni siquiera tenía una explicación o motivo, aquí era matar por matar, nadie podía estar afuera durante la hora de esconderse y si eso pasaba, esa persona visitaba mejor vida.

No encontraba todavía siquiera algún otro proyecto, experimento o como sea que ellos nos llamen, que se encontrara en mi misma situación, los demás parecían muy felices y hasta defendían los ideales de nuestro nuevo gobierno ¡Por los dioses! Esta había sido una muy perfecta intervención científica.

Solo éramos 18 jóvenes sometidos al esclavismo, en cierta forma ya que según ellos era lo más natural del mundo. Muy informados sobre por qué de esta nueva regla no estábamos, aunque por lo poco que he podido escuchar todo se remonta a hace unos meses. Les explico, hace ocho meses empezó una guerra dentro de Valum por una baja económica, a partir de ahí tomaron como rehenes a familias enteras pero su ejército cada vez estaba más debilitado con los constantes enfrentamientos y recurrieron a llevar algunos adultos que habían tomado para obligarlos a apoyarlos. Ahí es donde entra mi hermano, la única persona que yo tenía desde la muerte de mamá a los 10 años de edad. Él...murió apoyando a los rebelados, defendiendo lo que era correcto, pero al precio de dejarme completamente sola en este mundo y para ese tiempo yo no me consideraba capaz de mantenerme siquiera viva.

Pero poco tiempo después de eso, hicieron uso de sus nuevas tecnologías "futuristas" e implementaron este Proyecto: 18 jóvenes reinsertados como guardias de la Hora Hiding y ahí me incluyeron a mí. Su idea desde un inicio era algo como cambiarnos el "chip" así como si nada para volvernos de su bando hasta que optaron por agregar habilidades especiales a nosotros pero muy básicas como velocidad y cosas súper aburridas que solo iban a potenciar nuestro rendimiento.

Yo en ese tiempo era más rebelde que nunca, no comía, no hablaba y mucho menos obedecía lo que el líder ordenaba, hacía todo por mi cuenta. Así que probaron conmigo y me utilizaron como un "prototipo".

Fingir que todo había funcionado bien no fue difícil, no es que haya sido un fracaso su prueba, porque me dieron un poder que jamás hubiese imaginado pero decir que aún mantenía mi opinión sobre sus asquerosos planes era darles motivo para que me convirtieran en una máquina para ayudarlos ¡Ni muerta! Porque después de todo, yo los culpaba de la muerte de la única persona que tenía en el mundo, mi único ser querido y no pensaba ayudar con su estúpido plan.

Sabía perfectamente las consecuencias que traería esta nueva idea, ya me podía imaginar que cuando los rebeldes al fin tomaran las riendas del pueblo, las cosas solo serían peor que antes.

Y no estaba equivocada, cuando tomaron el mando de Valum, el pueblo creía que se venían cosas buenas pero no, empeoraron. La Hora de esconderse se volvió una costumbre de todas las noches a las 21 horas. Y todo desde el punto de vista de nuestros nuevos responsables había mejorado, lo único que nos faltaba era la economía que no mejoró ni en medio año lleno de "paz" así que hubo más muertes por hambre que incluso en la guerra. De hecho, aún quedan personas ahí afuera que no tienen techo ni comida.

Los demás proyectos...ellos no recordaban nada de su anterior vida, lo sé porque hace tiempo se los pregunté y no imagino que sería no saber ni siquiera tu nombre, y esos momentos que siempre marcarán tu vida, buenos o malos siempre los vas a recordar, no tener una visión propia de las cosas y vivir en una mentira.

¿Y yo? Yo no soy una máquina como los demás, sigo siendo Catalina... la chica huérfana y solitaria que siempre he sido, porque mis recuerdos siguen intactos y aún conservo mis sentimientos y debo reconocer que son los únicos que me hubiera gustado arrancar.

Siempre que quieres mostrarte dura y fuerte, están ahí para recordarte que vas sola por el mundo, que no tienes a nadie, ni familia ni amigos que te tenga algo de aprecio, que por más que quieras no puedes defender tus ideales y salir de este maldito infierno al que muchos llamamos vida.

Ellos solo sirven para hacerte frágil, vulnerable, débil y creo que ya quedó demostrado que esta guerra no es para personas débiles, ¿Que si me animo al juego? Bien, pero necesitaré ayuda.

Y yo juego con mis propias reglas.

Time to HideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora