Miedo, mucho miedo

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Fred llevaba ya un buen rato llorando en brazos de Joy, esta sonreía y le decía que todo estaría bien, acariciaba su cabello y lo abrazaba con delicadeza, Fred a pesar de aun estar dolido se sentía mejor. La linda y calmante voz de Joy logró que su llanto disminuyera, además del relajante sonido de sus latidos, era sorprendente que alguien tuviera tanto poder -de una manera positiva- sobre él.

Fred no podía evitar pensar en lo diferente que era la forma de ser de Joy y la de Bonbon.

Bonbon lo abrazaba como si fuese a desaparecer, sin importarle llegar a lastimarlo, le cantaba y nunca le decía "Esta bien", no, ella lo tomaba de los hombros con fuerza y le gritaba "Hey, tu puedes superar esto, ¿O no mi niño valiente?", la razón de esto era que la japonesa decía que no podía asegurar que los problemas se irían y todo estaría bien, pero si que él se haría tan fuerte que podría cargar con ellos.

Bonbon era la única que seguía creyendo que era valiente, fuerte, y Fred solo necesitaba eso, que alguien creyera en él, que no le dijera que era una basura inservible. Lo que él no sabía, era que Bonbon le decía esto porque él la ayudaba a ser valiente, a ignorar el miedo que sentía y le impedía poder tener amigos por culpa de Loon, al menos así era hasta que ocurrió el accidente del beso.

—¿Mejor?— preguntó Joy separándose un poco de Fred y secándole las lágrimas. Este asintió con la cabeza queriendo formar una sonrisa, lo que termino en una mueca extraña—. ¿Que fue lo que paso?

—Perdi a una amiga— dijo mirando al piso. No mentía del todo, perder a Bonbon era una de las razones por las cuales lloraba, pero no era todo. Sin embargo no podía decirlo a Joy, no era como si se sentará tranquilamente y dijera "Lo que pasa es que soy una enfermedad en la mente de un psicópata que me deja todos los días a medio morir gracias a unas estúpidas pastillas que por alguna razón se sienten como si me clavarán cuchillos en el cuerpo, pero nada fuera de este mundo, ya sabes, típicos problemas".

No poder hablar era lo peor del mundo.

Suspiró algo cansado, probablemente las pastillas ya surgían efecto (Aparte de dañarlo, pues el efecto real de estas era que "durmiera" por horas), debería volver a clases o de lo contrario cuando Freddy tuviera el control de nuevo lo mataría si veía que estaba llorando en brazos de Joy.

—Creo que debo ir con mis amigos, los preocupé— le dedicó su sonrisa mas honesta del día a Joy y se levantó del pasto en el que se encontraba—. Adiós señorita alegría.

Ese apodo se lo había dado Freddy, sin embargo Fred pensaba que era el indicado para la rubia, a pesar de que el dueño original del cuerpo lo dijera con sarcasmo, Fred lo decía con total honestidad, ¿Como no llamarla así cuando había sonreído todo el tiempo junto a él aun cuando tiempo atrás estaba llorando? Sin duda era la señorita alegría.

—Claro, adiós Freddy— dijo levantándose de igual manera. El chico estaba por pedirle que lo llamara Fred para poder sentirse mas cómodo al hablar con ella, cuando una voz un tanto delicada llamó su atención, su sangre se heló y apenas pudo voltear hacía donde provenía esa voz.

—¡Fred!— gritó Loon yendo hacia la pareja de amigos. El nombrado se puso pálido de repente y su cara de tranquilidad fue cambiada a una de terror mientras Joy lo miraba con confusión—. Le dije a tu amigo el raro que me buscaras, así que ven acá

Lo tomó del cuello de la camisa y lo atrajo hacia él causándole mas miedo a Fred, su respiración se agitó y su labio inferior comenzó a temblar.

—¡¿Que te dije de acercarte a mi Bonbon?!— gritó estrellándolo contra el árbol. Fred no pudo hacer mas que llorar con temor ignorando que Joy seguía ahí.

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