Los hombres G

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Eulalia, mi hermana mayor, y yo nos dirigíamos al concierto de nuestro grupo favorito desde que éramos niñas; los Hombres G, junto a los Inhumanos eran nuestros ídolos. Recuerdo cuándo era pequeña y Eulalia ponía sus casetes.

- ¡Ylenia! ¿Ya estás lista?

- Sí.

Me subí en el asiento del copiloto y mi hermana puso un CD que compró en un top manta en la rambla del pueblo; David Civera y su "Que la detengan" empezó a retumbar a todo volumen por los altavoces del coche.

- Ojalá me pudiera casar con David Civera. -dijo Eulalia.

Llegamos al parking del recinto dónde se iba a llevar a cabo el concierto y tratamos de encontrar un hueco en el que pudiéramos meter el automóvil.

- Ylenia bájate del coche y vigila si le doy al del seat que ha aparcado como el culo.

- Vale. -me bajé del coche y miré como mi hermana tiraba marcha atrás, hasta casi tocar el otro coche. -¡Para tía! ¡Qué le vas a dar!

Del seat bajó un chico alto con tatuajes y por lo que pude ver un piercing. Éste se quedó mirándome durante unos segundos y yo agaché la mirada debido a la incomodidad del momento.

- Sufre mamón, devuélveme a mi chica... -mi hermana bajó del coche cantando y yo subí la mirada pero el chico ya se había ido. -¿Qué haces cateta? ¡Vamos a ver a los hombres más guapos del mundo!

Ya en el concierto Eulalia se había pasado un poco con los sol y sombra e iba un poco piripi, estaba riéndome de mi hermana cantando Marta tiene un marcapasos cuando de repente sentí como me caía algo en la cabeza.

- La próxima vez que le des a mi seat panda, será peor.

El chico del coche me había tirado un vaso en la cabeza y lleno de lo que presumía que era kas de limón. Menos mal que era de plástico.

- Si yo ni conducía, y ni siquiera lo ha tocado.

- Me da igual quien condujera, vais a pagar por haberme rayado el coche.

¿Juan El Berto o Juan Alberto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora