Capítulo 1: Vista Parcial.

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-¡Auch! Ileana, no deberías usar tanta fuerza - dije mientras sobaba mi brazo adolorido por los constantes golpes de ella.
- ¿Eh? ¿Por qué no Arthur? - me preguntó algo confundida.
- Pues con toda esa fuerza que estas usando pareces incluso más un chico que Julio y yo juntos- respondo mientras el dolor va aminorando y sentía el brazo ya casi dormido
- Puede que tenga... un momento... ¿a qué te refieres con que parezco un chico Arthur?... - me dijo mientras me veía, con una mirada de esas que es capaz de intimidar a cualquier persona.
- No, no, me malinterpretes, solo digo que con esos brazos de hombre hasta pareces más ruda que cualquiera de nosotros dos - dije tratando torpemente de reparar las cosas.
- Bueno, ¿Continuaremos jugando o no? - interrumpió Julio.
- ¡¿Brazos de hombre?! Por supuesto que sí Julio continuemos - dijo Ileana levantando el brazo lista para hacer impactar el golpe de su puño contra mí
- Espera Ileana, mejor juguemos otra cosa menos dolorosa - dije deteniéndola justo antes de que lograra el golpe.
- Bien seré generosa y te daré una oportunidad, ¿Qué jugaremos ahora? - me dice bajando el puño lentamente.
- ¿Un piedra, papel o tijera? -comentó Julio.
- Me suena bien pero para hacerlo más divertido haremos que tenga una apuesta- dijo Ileana y luego digirió su mirada a mí- a menos que Arthur quiera volver al juego anterior - terminó con mucha decisión y con una expresión un poco burlesca
- No, de ningún modo regresaré a ese juego- respondí - bien, ¿contra quién jugaré?
- Contra mí, ¿listo? -contestó Ileana mientras se acercaba a mí
Empezamos el juego y continuamos así aprovechando la hora libre que teníamos, sonó el timbre para el cambio de aula y nos dirigimos hacia nuestra clase, ni bien empezamos a caminar Ileana me recordó el castigo haciéndomelo cumplir en ese mismo momento.
- ¿Por qué debo hacer esto? - reproché.
- Por perder en piedra, papel o tijeras - respondió ella con una sonrisa victoriosa.
- Arthur, debo ir a ver algo, te veo en la clase, por cierto, te encargo mi mochila -me dijo Julio mientras se quitaba su mochila para ponerla en mi cuello e irse corriendo.
- ¡Espera, nunca dije que sí! -Grite en su dirección- oh rayos, se fue... como sea, volviendo a lo anterior, ¿Por qué de tantas cosas que me podías poner a hacer elegiste que te cargue en mi espalda hasta tu salón? - dije dirigiéndome a Ileana.
- Porque no tenía ganas de caminar, ah y no lo olvides, no es solo a mi salón, es a donde yo quiera ir por el resto del día -me decía aún con ese aire de victoria.
- Por el resto del día en el colegio- la corregí - de igual forma, llegamos.
Me detuve para que ella bajara y entrara a su clase.
- Nop, ¿Cómo te dije que debías decirme? - dijo esperando mi respuesta
- ... Hemos llegado a su destiño señorita Ileana - Respondí rodando los ojos y me agachaba para que ella pueda bajar de mi espalda
- Muchas gracias caballero - Me agradeció con una porte refinada- oh, recuerda no irte para que terminemos el trabajo de artes - claro, el trabajo de artes que teníamos pendiente.
- Lo tengo en mente, te veo luego - me despedí y me dirigí hacia mi salón.
Nuestras clases siguieron normalmente sin nada en especial de qué hablar, Julio termino por no entrar a la clase así que yo estaba un poco aburrido, era un día muy agradable, estaba nublado por lo que el clima era muy fresco y tenía un aspecto de estar a punto de llover, en fin, solo trate de concentrarme lo más que pude en la clase pero era bastante difícil pues, desde hace unos días mi mente no está en el sitio que debería, oh bueno, ¿Qué se le puede hacer?. La hora terminó, regresé al mismo salón de mi primera hora para tomar la última clase, tomé mi asiento y a lo lejos vi a Julio que venía. Recordé que él no tenía con quien trabajar ya que no estuvo en la clase el día anterior, me acerque a Ileana quedando detrás suyo.
- Hola Ileana, oye, ¿Julio puede estar con nosotros en el trabajo? - Le pregunte sujetando sus hombros llamando su atención
- Claro, no veo por qué no - Responde lleva su cabeza hacia atrás para verme.
- Oigan -Julio llego hasta nosotros- tengo que irme, pero me dicen luego que es lo que tengo que hacer y se los alcanzo luego.
- Ehmm claro -al parecer oyó cuando le pedí a Ileana incluirlo en el grupo- hasta luego Julio.
Se despidió de una Ileana un poco confundida, la maestra de artes llegó poco después de que Julio se fuera y pidió que nos reuniéramos con nuestros respectivos grupos y comencemos a planear nuestras representaciones de culturas regionales antiguas, lleve mi asiento hacia donde estaba Ileana y el resto del equipo (que consistía en nosotros dos y una amiga de Ileana), Ileana me pidió que me sentara a su lado pero su amiga la interrumpió diciendo que mejor me sentara a su lado, luego Ileana de nuevo me lo dijo de modo que ambas comenzaron a discutir un momento viendo del lado de quien me sentaría hasta que dije a modo de broma
- Lamento interrumpir la pelea por mi, señoritas pero... ya me senté.
Ambas voltearon a verme, yo claramente me senté a lado de Ileana pues me llevo mucho mejor con ella y le tengo más confianza, comenzamos a trabajar, Ileana era quien estaba tomando todos los apuntes hasta que ella notó que cometió un error en estos y le pareció gracioso, pero pronto se convirtió en una risa incontrolable y no se detenía, por un momento pensé que ella se veía muy linda mientras reía, noté su rostro un poco rojo de tanto reír y me di cuenta nunca había reparado en lo bonita que es.
De un momento a otro ella me abrazo suavemente tomándome desprevenido, rodeando mi cuello mientras apoyaba su cabeza en mi pecho y así se quedó hasta que poco a poco se calmó, ella dejó de abrazarme, sujetó mi mano con una de las suyas y mantuvimos contacto visual por un momento, luego ella me soltó para abrazarme de nuevo pero esta vez un poco más fuerte que la anterior mientras seguíamos haciendo el trabajo.
Diez minutos antes del timbre final comenzó a llover pero, la lluvia no tenía pinta de calmarse o de caer más fuerte, sino de simplemente mantenerse igual, terminaron los últimos minutos de la clase y nos dieron permiso para retirarnos. Comencé a caminar para regresar a casa sin dejar que la lluvia me detuviera, aunque la lluvia no logró detenerme hubo una voz que si lo consiguió
- Arthur, ¿A dónde crees que vas? - Escuche la voz de Ileana alzándose un tanto amenazante.
- Pues a casa, obviamente - Respondí volviéndome para verla parada con ambos brazos cruzados.
- Recuerda tu castigo.
- Pero el día ya ha terminado - Dije intentando zafarme.
- No, el día no termina hasta que cruces por la entrada principal así que tu castigo aun continua- Me dijo ella completamente convencida para que yo termine de cumplir mi castigo.
- Bien, venga - Dije resignado mientras me agachaba para que ella pudiera subir a mi espalda.
Una vez acomodada ella ahí me erguí con poca dificultad pues ella no pesaba tanto y comenzamos a avanzar.
- Ileana... - empecé a decir un tanto curioso.
- Dime - me respondió sencillamente
- ¿No te preocupa que alguien nos fuese a ver? - Pregunté con el mismo tono
- ¿Y quién no lo ha hecho ya? - Respondió con una pequeña risa
- Si pero, ¿no te incomoda que fuesen a pensar algo? - Insistí, ella se removió un poco sobre mi como si estuviese acomodándose para dormir, empecé a sentir como su respiración se hiciera más profunda y me respondió sin más ni menos
- Realmente no me molesta... ¿Por qué decidiste irte en vez de quedarte a esperar a que la lluvia pasara? - y ahora era ella quien sonaba con curiosidad
- Sencillo, me gusta mucho sentir la lluvia, ¿y tú por qué no te quedaste? - Le devolví la pregunta sonriendo.
- Igual a mí me gusta mucho, aunque los zapatos que traigo puestos ahora resbalan mucho con el agua y no quiero caer frente a todos - Me respondió y por su tono de voz supe que también sonreía.
- Bien, llegamos a la puerta - dejé de caminar mientras lo decía.
- Ahora sí ha terminado tu castigo, solo agáchate un poco para que pueda bajar.
Hice lo que me pidió, una vez que ella logro bajar, caminamos un poco pero a media cuadra ella me jalo de la mano.
- Arthur... - comenzó a decir con una voz un poco apenada
- ¿Qué sucede? - Dije para saber qué es lo que tenía
- Lo de mis zapatos no era broma, déjame tomar tu mano o tu brazo así aunque resbale no caeré- Me dijo mientras dudaba si daba su siguiente paso o no.
- Bien, sujétate fuertemente - Ella sujetó mi mano y con su otra mano mi hombro y colocó una vez más su cabeza cerca de mi pecho, seguimos caminando hasta que llegamos a su estación del bus, me soltó por un momento para luego abrazarme fuertemente de sorpresa. - ¿Por qué eso tan de repente? - Le pregunto sorprendido.
- Te prometo que cambiaré, seré más dulce y menos agresiva -dijo sin mirarme
- No tienes que hacerlo, después de todo es una de las cosas que te hacen ser tú - Respondí mientras correspondía su abrazo.
Ileana notó que su autobús se acercaba así que me soltó para poder subir a él, pero una vez más se acercó rápido a mí y me dijo:
- Mañana verás algo nuevo en mi- diciendo eso me dio un beso en la mejilla, se alejo nuevamente y subió a su autobús para regresar a casa. Hasta ese punto yo no podía evitar pensar... "Y, ¿Qué tal si ella me... no, no puede ser, será mejor que por ahora solo regrese a casa."

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Hola a quien sea que lea esto, soy nuevo en escribir historias asi que espero sinceramente que les haya gustado este primer capitulo de muchos mas que siguen.
Por cierto, un agradecimiento a cierta personita especial llamada Lizbeth Jennyfer por ayudarme a construir esta historia.
Si alguien lee esto comente para decirme que les parecio, darme sugerencias, tips o lo que gusten, muchas gracias, hasta luego XD.

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