¿Amante o Sirvienta?*J-Hope*

El Contrato

Pasaron ya dos semanas desde que empecé mi trabajo, estoy muy feliz que HoSeok me dejara quedar. Si bien cabe decir que su esposa no está muy contenta, pero como él es el hombre de la casa, le prohibió dirigirme la palabra para evitar conflictos.
Aun así estoy feliz, tengo mi trabajo estable y nada puede impedir que borre la sonrisa en mi rostro.
__Y esa sonrisa?__dijo HoSeok bajando las escaleras con su periódico en la mano y un papel junto con una pluma en la otra, con unos lentes circulares que le sentaban muy bien, una bata azul oscura con rayas blancas y un par de pantuflas. Por lo que alcancé a ver...no llevaba camisa puesta, solo sus pantalones de pijama.

Ammm... Nada es solo que estoy feliz Sr. HoSeok, feliz porque me devolvió mi trabajo __dije sonriente__
_Uhm...Ok, ahora necesito que firmes este papel...So Min_
Lo miré confusa y procedí a preguntar__ Y puedo saber que dice ese papel y porque lo debo firmar?
Para hacerlo corto...porque sabes que no me gusta perder el tiempo esto es un contrato laboral donde tu aceptas mis reglas y condiciones, además es necesario después del escándalo que armaste. Y no... No es necesario que leas, dice exactamente todo lo que te expliqué cuando llegaste aquí, ahora por favor firma necesito trabajar y tu necesitas tener mi desayuno servido.
Esta bien__ asentí__. Supongo que no hay nada de que preocuparme, solo es un contrato no?...aunque me huele a gato encerrado.
__Buena niña, ahora mi desayuno.
Preparé un café negro sin azúcar como le gustaba, con unas tostadas, huevos fritos con tocino y una que otra fruta fresca como cerezas, ciruelas y manzanas, puestas en un tazón de vidrio. Todo listo para desayunar, me acerqué a el para posar la taza frente sus narices cuando de la nada mi estómago resonó en sus oídos... Así es, tenía hambre pero esa mañana desperté sobre la hora y de un salto ya me encontraba en la cocina haciendo una carrera contra el tiempo, preparando todo como si mi vida dependiera de ello, mientras intentaba acomodar mi uniforme que se notaba bastante desarreglado.
__No has desayunado__ dijo HoSeok indiferente, arqueando una ceja pero sin quitar la vista del diario.__ N-no tuve tiempo...Sr.__
Y eso porqué So Min?
Desperté...sobre la hora...Sr. Y no quería incumplir el horario de su desayuno.
Bien...ya que estas siendo sincera y que hoy me encuentro de buenas...trae una taza y sientate a desayunar.
Pero Sr. No quisiera ser un estorbo, mejor desayuno en la cocina.
No recuerdo haberte dado ninguna opción como la mesa o la cocina. Dije...trae la taza para ti.
Solo podía abrir mis ojos enormemente y pensar...de nuevo “la has cagado So Min.” Fui por las cosas y me senté en una de las esquinas de la enorme y larga mesa, esperando que me diera la señal para poder comenzar.
Acaso tomas el café con la mente?... Toma tu desayuno y no pierdas tiempo!!...
L-lo siento!! Respondí algo avergonzada por la situación.
***

Era un soleado mediodía de domingo, recien despertaba y aún asi me sentía cansada pero no quería perder el día en cama, asi que me puse una remera blanca, una camisa leñadora con unos shorts de jeans y mis zapatillas converse negras, tomé mi bolso y salí a conocer la ciudad sin antes encontrarme con hoseok fuera de mi puerta. __Sr. hoseok! me sorprendió__ dije mientras rascaba mi nuca.

Lo siento no era mi intención. Puedo preguntar a donde vas tan provocativa?

ammm...no creo verme provocativa, solo...normal? y daré una vuelta por ahí, necesito conocer un poco mas de la ciudad y quedarme en la cama no es una manera de hacerlo no?Hehe.

Supongo... si gustas puedo acompañarte y mostrarte la ciudad.

de verdad?!... lo haria?!

Claro pero una vez fuera de la casa, te vas a dirigir a mí como J-Hope. me traería problemas encontrarme con alguien y que sepan que eres mi sirvienta.

Parecía ser que le preocupaba mucho su imagen, pues claro...El es famoso y no quería que sepan que tiene que sacar de paseo a su sirvienta los domingos como si fuera un jodido perro. No me gustaba esa manera suya de hacer las cosas, era algo que me irritaba de los ricachones, pero aún así apreciaba que me enseñara la ciudad.