Mucho se le pide al intelectual: que fría y despiadadamente analice el mundo que le rodea y, al mismo tiempo, que en su obra creativa trate de recomponerlo con cariño y calor humano.
Arquitecto
Mucho se le pide al intelectual: que fría y despiadadamente analice el mundo que le rodea y, al mismo tiempo, que en su obra creativa trate de recomponerlo con cariño y calor humano.