Te Extraño

Día Treinta. Un mes

Quise verte desde todo el día, no es que fuera algo especial tan solo quería verte "5 Minutos" para decirte cuanto te extrañaba. Realmente necesitaba decírtelo, pues me estaba ahogando con este frío y cruel sentimiento.

Esperé todo el día a que me respondieras, esperé hasta que por fin respondiste, pero lo hiciste de una manera que no esperaba pues te negabas a escuchar lo que tenía para ti, o quizá a verme.

Aceptaste los "5 minutos" que prometí tardar. El camino a tu casa fue largo y triste, pues no iba desde hace un mes. A cada paso que daba llegaban recuerdos, hermosos y malditos recuerdos que me hicieron llorar.

Me recibiste en el lumbral de tu casa con un triste y seco "Hola", no sabía cómo sería en momento en el que nos volviéramos a ver, pero debí imaginarlo sería triste, eso por mi parte.

Después de quizá dos minutos de aguantar las lágrimas y el nudo en mi garganta que quería salir, por fin pude decirte las dos tristes palabras que tenía en mente, "Te Extraño" y después de eso rompí en llanto y me abalanzé sobre ti con un triste y amargo abrazo.

Después de aquel triste momento cumplí mi promesa, debía irme pues los 5 minutos se habían agotado, después de secar mis lágrimas y un abrazo te dije lo que sentía "Te Amo", lo correspondiste levemente y me marché.

Después de irme me dices secamente que no se puede regresar con alguien a quien no se ama, "Ya no te amo" fue lo que dijiste, quise saber desde cuando pero no diste respuesta.

Quizá lo sabías pero no querías dañarme más.
No puedes dañar lo que ya está dañado, roto.

Algo dentro de mi murió, explotó. Quise tomar todo de la mejor manera, tomándolo con calma.

En la noche es donde todos las memorias se unen para romper todo pensamiento positivo.
Allí me di cuenta que la primera lágrima de la ventana izquierda es tristeza, aquella ventana fue un manantial de tristeza.

Nunca te extrañé como lo hago ahora, un mes después aún me haces falta.

Como arrancarla de mi vida, sí mi vida era ella.

Te extraño.