Crescendo

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En la calle Runway se encuentra un edificio. Un edificio de amarillo chillón que al verlo duele la mirada, ya sea porque se parece al fuerte sol de Julio o simplemente la melancolía que da. El edificio "Caritas Sonrientes". En sus patios, los niños juegan y se divierte entre ellos; corriendo como nunca, olvidándose por un momento de lo que son: Huérfanos.

-¡Alexandra! Los Johnson están por llegar.

Y en una de sus habitaciones, por una de sus ventanas se puede observan una de ellos. Sentada en una cama de sabanas viejas amarillentas, y paredes viejas se encuentra Alexa. Una chica de delgada, alta y de cabello castaño claro como el otoño y de radiante sonrisa. Que a pesar de tenerla, no la muestra.

-Señorita Rikey... ¿No puedo quedarme más tiempo?

La señorita Rikey, una mujer que podría haber dado a luz a Alexandra entra en la enorme habitación, llena de camas y juguetes esparcidos por todos lados. Pero raramente silenciosa, eso siempre pasaba cuando una del montón se iba. La mujer, con un excéntrico cabello rojo fuego se seca las lágrimas con un paño, que está cubierto de maquillaje.

-¡Uhg! Si pudiera lo haría Alexa.- le dice suavemente, entre lágrimas.- Si pudiera lo haría...

-Siempre me ha gustado este lugar, Señorita Rikey.- le contesta Alexa, mirando todo los lugares del cuarto. Desde el techo donde hay moho hasta el piso, tremendamente rayado por cada chico y chica del orfanato. Rikey se le acerca, produciendo el sonido de sus tacones verdes pisando las losetas rayadas del lugar, un sonido que retumba por todo el lugar.

-Sé que nunca hago esto, pero...- se secó las lágrimas de sus ojos y guardo el paño, en uno de los bolsos del sacos color rosa chicle.- ¿Quieres escuchar la historia de cuando llegaste, Alexa?

A Alexa casi se le caen las maletas de los brazos ¿Por fin le contarían la verdad? Ella quería saber quiénes eran sus padres, porque obviamente tenía unos padres, era algo de la Ley natural. Así como los pajaritos tenían huevos, las parejas hijos. Aunque lo único que nunca entendiera fuera el hecho de quienes era y por qué la habían dejado ahí. A Alexa le comenzó a latir muy rápido el corazón, ¡Por fin sabia la verdad! Aunque solo fuera un pedazo de ella.

Alexa asintió rápidamente, acomodándose mejor en su cama vieja. Pero pareció que verdaderamente Rikey no le interesaba cualquiera que fuera su opinión porque a solo unas camas de ella, con la mirada vacía empezaron a narrar:

-Fue hace 7 años, era una noche muy fuerte de Febrero. Habían pronosticado que había una tormenta que duraría tal vez media semana, yo era nueva en el lugar. Lo acaba de fundar, adoraba los niños y ya tenía unos cuantos a mi cuidado. Nos escondimos en unas de las habitaciones cerca del vestíbulo, porque ahí no se escuchaba nada y mis niños tenían miedo a los rayos. Pues bien, acomodamos mantas y cobijas y le pedí a unas empleadas de la cocina que prepararan unas cuantas galletas y leche tibia para todos. Solo dure unos cuantos segundos, y cuando regrese entre los ruidos de los rayos no capte el llano de una niña pequeña, aun que mis niños sí. Todos estaba amontonados entre las puertas, los mayores mirando la calle y los demás jugando con una cuna donde se encontraba una bebe. Me lleve un tremendo susto al verlos todos ahí.

>>Cuando llegue, los mayores de unos 10 y 11 años me dijeron que una mujer había dejado la bebé en la entrada, y ellos se habían dado cuenta del llanto de ella. Y supongo que la mujer al ver que no había nadie, se metió y la dejo en medio vestíbulo. Pero había algo arriba de la bebé,- Rikey saco un sobre arrugado y viejo de uno de sus bolsos delanteros. A Alexa le dio un gran interés leer lo que había ahí.- Era una carta donde señala que la mujer se llamaba Magdalena y pedía que te ayudara, que ella misma no podía hacer un rol de madre.- A Rikey se le puso el rostro rojo, señal de que estaba a punto de llorar.- Y que solo tenía una última petición, que te llamáramos Alexandra. Después de eso, había una serie de números y dibujos que no entendí. Por un momento pensé que estaría loca, pero en la parte baja, mencionaba que cuando te adoptara una familia, te entregara esto. Que solo tú lo entenderías.- Ella estiro el brazo, a nivel de que Alexa pudiera tomar el sobre, y lo hizo.- Así que bien, tómalo. Es tuyo.

Equilibrio MortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora