Capítulo III: Mamá y Papá

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Pokemon y sus personajes no me pertenecen; esta historia no tiene otro fin más allá de entretener.

ESTO DE QUERERTE

Capítulo III: Mamá y Papá.

A la par que los Bolt viven felices en Luminalia, se encuentran los Ketchum en la creciente y recién nombrada Ciudad Paleta; donde vemos a nuestro amigo azabache sentando mirando la tv con dos niñas al lado

-Papi…- llamó el primero- ¿a que hora llegará mamá?-

Ash dio un hondo suspiro para mirar a sus hijas, la mayor castaña y de ojos café con una coleta y ropa roja se llama Aurora, es la hija primogénita de Ash y su esposa

-tengo hambre- la otra de cabello negro y piel morena resonó fuerte- ¡mucha hambre!-

Ash rio, y le dio una caricia a la niña, Shappire era el nombre de la segunda hija del matrimonio Ketchum-Balance.

-tranquilas- Ash les sonrió- ¿qué tal si les cuento una historia hasta eso?-

-bueno…¿cómo fue el día que tú y mamá se enteraron que serían padres de esta niña tan adorable y kawaii?- dijo Aurora riendo

-¡mejor que eso!- Shappire habló- ¿cómo se hicieron novios?-

Los tres rieron mucho y Ash les enseñó su anillo, además de que sonreía mucho

-bueno, para eso tendría que volver varios años atrás, hasta cuando estaba en Alola, hace 7 años…-

ISLA MELEMELE, ALOLA.

(Estos eventos ocurren paralelos a lo que sucedió en el capítulo II, al otro lado de ti).

May había llegado antes de lo esperado, un movimiento en su agenta y listo, ahora ella estaba entrando en el centro pokemon mientras el infierno de agua y tormentas eléctricas se descargaba afuera, con cuidado de acercó a la enfermera y saludó cortésmente.

-Buenas tardes- pidió con amabilidad- ¿me puede dar una habitación?-

La enfermera asintió pero la vista de la chica se topó con una blonda cabellera que relucía entre las demás, allí vio a un chico que parecía esquivarle la mirada, la castaña intentó agudizar su mirada topándose con que el cabello aquel que sobresalía en los demás tenía una forma parecía a un trueno, pero distinto, algo mas largo, entonces cuando por fin parecía descubrir al dueño de tan característico cabello la enfermera le habló

-Aquí tiene señorita..- la enfermera esperaba que le contestara para ingresar el nombre en la computadora y completar el registro.

-Balance- sonrió- May Balance-

Cuando planeaba retirarse su atención fue atraía por un gran grito

-¡No me vengas con esas tonterías!- era el dueño de la cabellera dorada- Serena ya es linda, fuerte, inteligente y lo suficientemente fuerte, así que sin rodeos, dime ¿Dónde esta mi Serena Giselle Yvonne?-

May reconoció a aquel joven, era el amigo de Serena, Clemont, y entonces estaba aquí, pero en la mirada del rubio se veía furia, asco, y algo de dolor, era como si todo se formase en una tormenta de sentimientos, May entendía esa sensación, pues ella misma estuvo así cuando extrañaba a Ash y se enteró del beso, pero ella no era nadie para reclamarle, y menos tenía potestad para hacerlo.

La chica recordó cosas que no quiso, y por ende quiso retirarse a su habitación, con cuidado subió las escaleras, llegando así hasta su alcoba, cuando ingresó se puso a ver que afuera había una tormenta en el cálido clima de Alola, donde el infierno se había desatado con ganas por ser Verano, o eso suponía ella.

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