¡Despierta!

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"Él es mas que mi padre, él es mi amigo, él es mi confidente, él es mi héroe."

No logro entender como paso todo esto, el reviso el coche antes de salir y verificó que no hubiera nada extraño y que todo estuviera bien, quisiera saber como se le fueron los frenos al coche. Mamá esta llorando y no puedo consolarla, no me siento bien tampoco, siento que si me acerco a ella también terminaré llorando y me rehusó a hacerlo.
¡No puedo! Ella lo que menos necesita es verme llorar, ella me necesita fuerte y estable para ayudarla mientras pasamos este trago amargo.
Es verdad que la relación con mi padre no es la mejor pero yo de verdad lo quiero y ahora no puedo evitar sentirme culpable por jamas decirlo.

*Entra el doctor en la habitación*

- Debo suponer que ustedes dos son las familiares del paciente, ¿Cierto?
- Si, yo soy su esposa. Permitame presentarme, yo me llamo Clarissa Sparck.
- Es un placer, yo soy el Doctor Mirawood.

Yo solo lo veía y veía a mamá, no lograba comprender como podían tomarse el tiempo y la delicadeza para presentarse cuando mi padre estaba hundido en una cama, convaleciente y sin muchas esperanzas de vida.

- Doctor ¿podría dejarse de formalidades y decirnos si mi padre está bien?
- ¡Por dios Lindsey! Por favor fuiste muy grosera con el Doctor Mirawood, lo menos que se merece es una disculpa de tu parte.
- No me disculparé con nadie, lo menos que necesito yo es que me digan si mi padre estará bien- dijo ella con la voz entre cortada por el llanto que trataba controlar- es lo mínimo que merezco.
- Esta bien, yo te entiendo- dijo el Doctor dirigiéndose a la cabecera de la cama- comprendo como te sientes y comprendo tu frustración pero necesito que estés relajada. Yo creo que es mejor que salgas de la habitación, tomes un poco de agua y aire fresco, entonces cuando estés mas calmada regreses, prometo que esperare a que vuelvas.

Lindsey salio de la habitación y se dirigió hacia la cafetería.
Estando allí se sentó y pidió un vaso con agua, lo menos que necesitaba era estar "calmada" pensó ella.
No pudo evitar observar que se acercaba su hermana, venia con una malévola sonrisa pintada en el rostro, Lindsey solo se limito a mirarla mientras terminaba de llegar a la mesa.

- ¿Qué quieres? Dijo Lindsey un poco molesta.

-Quiero que vengas conmigo, hay que preparar los papeles de la herencia antes de que papá muera para que pueda firmarlos y así yo podré quedarme con lo que me corresponde.

Lo cierto era que Miranda jamás quiso al hombre que la crió, ella era producto de otra relación que había tenido su madre cuando era muy joven, el papá de Miranda desapareció cuando se enteró de que ella venía en camino y más nunca se supo de él. Ella siempre se sintió excluida del núcleo familiar y desde que supo que Michael no era su padre empezó a odiarlo y juró acabar con la relación que sostenían él y su madre, pero desafortunadamente para ella sus planes fueron frustrados por la llegada de su hermana Lindsey, desde entonces se dedica a hacerle la vida imposible a todos.

-¿Tú eres loca o algo parecido? Yo jamás iría a alguna parte contigo y menos si es para eso, dime tú en que cabeza cabe ir a buscar al notario para que mi padre firme los papeles de la herencia. Realmente estas desquiciada, ya no tienes remedio, me duele en lo que te has convertido pero déjame decirte que yo no tengo la culpa de que tu padre te haya abandonado a tu suerte, pudiste haber aprovechado el cariño que mi papá te ofrecía a cambio de nada pero tú solo querías venganza. ¿Venganza en contra de quién? Creo que deberías marcharte y no volver jamás, no después de semejante cosa que has dicho.

Me cansé, prefiero dar la vuelta y marcharme.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora