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Llegamos al departamento de los padres de Óscar y era otra cosa en comparación con el mío, con tres dormitorios, grandes ventanas y un balcón gigante yo estaba asombrado. Caminamos hasta el dormitorio matrimonial donde había una cama de dos plazas y algo, les recuerdo que en mi pieza la cama era de plaza y media. Por fin dormiríamos cómodos los tres en el lugar, por lo menos hasta que León emigrara a su propio dormitorio que siendo sinceros, no creo que sea muy pronto.

Óscar aún seguía sin hablar mucho y de verdad no lo culpo, el ambiente estaba tenso y a mi personalmente me costaba hasta respirar. En silencio mi futuro esposo cerró todas las ventanas que no tenían malla con llave y se la guardó en la billetera, acomodó la silla que habíamos traído de León y vació la comida en el refrigerador de dos puertas que había en el lugar, todo en silencio, todo con una lentitud que me asombraba.

- Óscar - Dejé al chico en el sofá con uno que otro juguete que tomé del bolso más cercano - ¿Cuánto te saldrá ésto? - Lo miré desde la puerta de la cocina.

- Me lo dejó barato - No me miraba - Es hora de la leche del niño.

- Oye - Tomé su muñeca - Perdón - Me abrazó.

- ¿Por qué me pides perdón por algo que tú no hiciste? - me miró.

- En parte si lo hice - Mis ojos me ardían de forma impresionante y el efecto de la coca me tenía agotado.

- Nico, los cabros me mandaron un vídeo - Suspiró - Lo siento mucho - Salió de la cocina hasta el living - En realidad toda la puta culpa la tengo yo, desde que te conocí fui la peor influencia​ que podías tener, te metí en la marihuana, te presenté mis amigos que al final fueron los que te destruyeron - Se sentó en el sillón a un lado de León - Quizás si no me hubiera enamorado de ti, quizás si no te hubiera encontrado lindo en la carretera.

- Yo ya estaría muerto - Me acerqué.

- Quizás no, quizás soy yo el que te está matando y tengo tanta pena, tanta rabia - Se levantó - Tengo rabia porque soy tan egoísta que no te quiero dejar ir a pesar del daño que te hago- Las lágrimas corrían por sus mejillas - Si lo nuestro terminara este par de hijos de puta dejarían de hacerte daño pero, ¡no puedo! - Caminó hasta el balcón - No puedo pensar vivir lejos de ti y eso me carcome la cabeza.

- Óscar si tú me dejas yo me muero - Susurré abrazándolo por la espalda - Si tú me dejas yo no puedo seguir.

- Eres más fuerte de lo que crees Nico - Se giró para abrazarme - El único débil aquí soy yo.

- Somos un complemento amor, los tres lo somos - sujeté con fuerza su chaqueta.

Trataba de inhalar todo lo que podía de su olor, todo lo que mi cuerpo podía absorber para no olvidarlo nunca como si supiera que ésta sería la última vez.

- Intenté matarme - Susurré - Aún no puedo creer que lo hiciera.

- Lo siento tanto - Susurró - Puedo acompañarte a denunciarlos, podemos ir a la policía con el vídeo que me enviaron - Negué con la cabeza.

- Solo déjalo así, es más fácil olvidarlo - Se alejó de mí.

- Tenemos la constancia Nico - Sus ojos daban con fuerza contra los míos.

- ¿Humillarme más? - Frunció el ceño - Soy hombre Óscar, ¿cómo podría denunciar una violación siendo hombre?

- Te obligaron Nico, te drogaron despues de todo lo que te costó salir, de todo el maldito tiempo que estuvimos peleando contra eso - Dió un paso hasta León y yo negué de nuevo.

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⏰ Última actualización: Jul 23, 2017 ⏰

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